viernes, 21 de noviembre de 2008

nouvelle cuisine


Es opinable,como todo,la bondad o menos de la sudodicha “nouvelle cousine”.
Aunque nacida a su tiempo en Paris dicha peculariedad de la cocina como algo innovativo, hoy día las principales estrellas del universo culinario se encuentran en España. Hay gustos para todo y por lo tanto no es esa la cuestión.
Lo que resulta más curioso es que éstos “cocineros estrellas de los fogones” sean galardonados con Laureas Honoris Causae por universidades varias mientras no lo son eminentes científicos o filósofos,teniendo en cuenta que éstas stars culinarias poco tiempo de su vida han pasado sobre los libros o haciendo descubrimientos o actos que sirvan a la humanidad para algo.
Todavía es más curioso que la cosa pase en silencio sin que científicos, filósofos o leaderes de opinión tengan nada que decir, teniendo en cuenta que tal actividad no aporta nada al bien común del género humano, y si sin embargo muchísimo dinero a los bolsillos particulares de éstos señores.
Es también cosa cuánto menos sorprendente que tales superestrellas estén por encima del bien y del mal,no se les pueda criticar como a los demás comunes mortales,y que cuando alguien lo ha hecho la “corporación de intocables” ha saltado a la yugular del osado pidiendo el fusilamiento al amanecer.
Recuerdan al Emperador del Japón a quién nadie puede osar de mirar a la cara por su “origen divino” .Consideran altamente reprobable e incluso “antipatriotico” afirmar que a uno no le gusta la “cocina experimental y de laboratorio” de la que son artífices.
La nouvelle cousine, que en realidad es ya vieja,visto que sus inventores franceses abandonaron éste camino porque ya carecía de novedad,tiene como característica que su precio es inversamente proporcional a la cantidad y que los componentes también constituyen un misterio.
Quizá lo peor es la filosofía que la anima .
Para extasiarse delante de las miniraciones colocadas en maxiplatos,compuestas no se sabe bien de qué cosa,hay que reservar mesa con un año de antelación y pagar por ello una maxicifra equivalente al minipresupuesto para comer una familia africana por un maxitiempo de medio año.
Teniendo en cuenta que el producto engullido por tal cifra termina alguna hora después en el W.C. , podríamos considerar acertada la frase de la cultura marxista por la cual tal acción “es el punto máximo de la decadencia del capitalismo occidental”. Es cierto que el marxismo ya no está de moda,lo cual no significa que la acción no sea desde el punto de vista ético reprobable.
Ciertamente mientras cerca de nuestras costas opulentas mueran africanos ahogados en su miseria y se deban lanzar bebés muertos de inanición y deshidratación por la borda de las pateras en los viajes de la desesperación,resulta bastante repelente cenarse con alegría unos “sesos de caracol ampurdanés envueltos en una nube suprema de higadillo de colibrí australiano regados con vinos de la Ribera del Duero”.
La “nouvelle cousine” nos parece más bien la “vieja bofetada” dada a un miserable en la puerta de un restaurante de lujo donde se le lanza al aire el hueso del perro para ver si nos divertimos mientras lo alcanza.
Tres cosas creo que nunca me servirán para divertirme.
Reirme en la cara de los pobres con la “nouvelle cousine”.
Solazarme con la violencia y la sangre de humanos o animales como espectáculo. Vease el boxeo o las corridas de toros o peleas de gallos.
Vestirme con lujosas pieles arrancadas para nuestra vanidad a los animales. Veanse las matanzas de cachorros de foca,tigres,leopardos,zorros,visones,etc.
Es muy triste que además los occidentales pretendamos dar lecciones a los demás de la presunta superioridad de nuestra civilización. Cierto tipo de opulencia nos deshonra y nos quita credibilidad. Es una pena, porque si no estuviéramos podridos por el dinero que nos ciega sí que tenemos valores importantes que mostrar al mundo en el campo de los derechos humanos. La pena es que a veces parece que consideremos que los únicos humanos portadores de derechos debamos ser solo nosotros los occidentales y que el resto del mundo no exista para nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario