BAILANDO EN EL TITANIC
Otoño 1908. Tiempos difíciles. Según todos los periódicos, tiempos catastróficos. Casi como la humanidad estuviera subida en el Titanic y bailara en los salones esperando el hundimiento inminente en las gélidas aguas del Atlántico.
Y si que apenas ayer teníamos la ilusión vana de tener el control absoluto del Universo.
¿Tendrá razón el filosofo-ídeólogo alemán Karl Marx,creador de aquella doctrina política que llevaba su nombre y que durante el siglo pasado ha sido culturalmente dominante en el mundo y que conocíamos como “ socialismo científico”?
Afirmaba, como todos recordamos bien, que en el futuro el capitalismo moriría del propio éxito implosionando sobre sí mismo. Entonces la humanidad “liberada”de la esclavitud del capital viviría dichosa en la sociedad comunista.
Después de que el Imperio Soviético precipitara en la ruina víctima de sus contradicciones,todos nos apresuramos a poner en el desván de los recuerdos a Marx,dejando que el capitalismo triunfante reinara en todo el mundo incluyendo en su marcha triunfal a los países ex-comunistas .
¿Era la suya una predicción equivocada?
¿Tendrá entonces razón el Papa filósofo-teólogo alemán Joshep Ratzinger cuando en el Sínodo de los Obispos ha criticado a la sociedad actual diciendo textualmente:”Extienden el poder arbitrario,los intereses egoístas,la injusticia,la violencia y la explotación”concluyendo que hemos construido nuestra casa sobre la arena?
¿No habíamos puesto también en el desván el Apocalipsis?
¿Tendrá razón el político americano Al Gore en su denuncia, sustentada por muchos científicos de peso, acerca el ineluctable cambio climático provocado por los hombres y los gobiernos indiferentes al problema ambiental que nos llevarán a la catástrofe?
¿No hemos puesto también ésta denuncia, tan bien documentada, en la buhardilla?
¿Tendrá razón el Congreso Mundial de la Naturaleza promovido por la ONU en Barcelona acerca la desaparición inminente en pocos años del 25% de las especies si no se intenta ponerle remedio de forma inmediata?
No ha sido cosa de poco puesto que se han reunido 7.000 especialistas los cuales han anunciado que el cambio climático y el extenderse incontrolado de las que han llamado docena mortífera pueden afectar gravemente a la salud humana,a la salud animal y a la economía. Entre éstas enfermedades se encuentran la gripe aviar,el cólera,el ébola,los parásitos intestinales,la tuberculosis y la fiebre amarilla.
No parece que los gobiernos que han subscrito el tratado de Kioto se esmeren mucho en poner remedio a las enfermedades mortales que amenazan al Planeta.
Más preocupados parecen por la “enfermedad”gravísima que atenaza al capitalismo,y así hemos visto a los presidentes de las naciones más importantes del mundo correr a la cabecera del moribundo. Todos proponen recetas,planes y contraplanes,pero nos damos cuenta de navegar en la obscuridad del Atlántico Norte después de haber chocado con el iceberg y nos hemos puesto a bailar un vals porque somos conscientes de que nadie tiene ni idea. Que los planes y contraplanes son sólo teóricos. De que la obscuridad y la niebla nos envuelven.
Es como si alguien hubiera apretado el botón de la autodestrucción programada.
Imaginamos de volver después de la implosión del capitalismo a una civilización de tipo medieval donde las ciudades serán insostenibles y no existirá el dinero,la energía,las comunicaciones,los transportes,etc.
O quizá algún grupo terrorista en nombre de un dios guerrero habrá iniciado una guerra nuclear incontrolable. O simplemente los hielos de los polos se habrán derretido y correremos la suerte de la Atlántida.
Nadie sabe como parar el desastre iniciado.
En la algarabía que precede al hundimiento pensamos que quizá tenía razón el Papa.
Todo estaba construido sobre la arena. En el fondo todo tuvo inicio en el barro primordial. Y a ese barro volvemos por nuestra propia voluntad.
Polvo.
Nuestro único consuelo es que quizá nos convertiremos en polvo de estrellas y en los próximos millones de años brillaremos en el Universo.
¿Alguien antes de ésto habrá descubierto el bosón de Higgs?
El último que apague la luz.
10 octubre 2008
Otoño 1908. Tiempos difíciles. Según todos los periódicos, tiempos catastróficos. Casi como la humanidad estuviera subida en el Titanic y bailara en los salones esperando el hundimiento inminente en las gélidas aguas del Atlántico.
Y si que apenas ayer teníamos la ilusión vana de tener el control absoluto del Universo.
¿Tendrá razón el filosofo-ídeólogo alemán Karl Marx,creador de aquella doctrina política que llevaba su nombre y que durante el siglo pasado ha sido culturalmente dominante en el mundo y que conocíamos como “ socialismo científico”?
Afirmaba, como todos recordamos bien, que en el futuro el capitalismo moriría del propio éxito implosionando sobre sí mismo. Entonces la humanidad “liberada”de la esclavitud del capital viviría dichosa en la sociedad comunista.
Después de que el Imperio Soviético precipitara en la ruina víctima de sus contradicciones,todos nos apresuramos a poner en el desván de los recuerdos a Marx,dejando que el capitalismo triunfante reinara en todo el mundo incluyendo en su marcha triunfal a los países ex-comunistas .
¿Era la suya una predicción equivocada?
¿Tendrá entonces razón el Papa filósofo-teólogo alemán Joshep Ratzinger cuando en el Sínodo de los Obispos ha criticado a la sociedad actual diciendo textualmente:”Extienden el poder arbitrario,los intereses egoístas,la injusticia,la violencia y la explotación”concluyendo que hemos construido nuestra casa sobre la arena?
¿No habíamos puesto también en el desván el Apocalipsis?
¿Tendrá razón el político americano Al Gore en su denuncia, sustentada por muchos científicos de peso, acerca el ineluctable cambio climático provocado por los hombres y los gobiernos indiferentes al problema ambiental que nos llevarán a la catástrofe?
¿No hemos puesto también ésta denuncia, tan bien documentada, en la buhardilla?
¿Tendrá razón el Congreso Mundial de la Naturaleza promovido por la ONU en Barcelona acerca la desaparición inminente en pocos años del 25% de las especies si no se intenta ponerle remedio de forma inmediata?
No ha sido cosa de poco puesto que se han reunido 7.000 especialistas los cuales han anunciado que el cambio climático y el extenderse incontrolado de las que han llamado docena mortífera pueden afectar gravemente a la salud humana,a la salud animal y a la economía. Entre éstas enfermedades se encuentran la gripe aviar,el cólera,el ébola,los parásitos intestinales,la tuberculosis y la fiebre amarilla.
No parece que los gobiernos que han subscrito el tratado de Kioto se esmeren mucho en poner remedio a las enfermedades mortales que amenazan al Planeta.
Más preocupados parecen por la “enfermedad”gravísima que atenaza al capitalismo,y así hemos visto a los presidentes de las naciones más importantes del mundo correr a la cabecera del moribundo. Todos proponen recetas,planes y contraplanes,pero nos damos cuenta de navegar en la obscuridad del Atlántico Norte después de haber chocado con el iceberg y nos hemos puesto a bailar un vals porque somos conscientes de que nadie tiene ni idea. Que los planes y contraplanes son sólo teóricos. De que la obscuridad y la niebla nos envuelven.
Es como si alguien hubiera apretado el botón de la autodestrucción programada.
Imaginamos de volver después de la implosión del capitalismo a una civilización de tipo medieval donde las ciudades serán insostenibles y no existirá el dinero,la energía,las comunicaciones,los transportes,etc.
O quizá algún grupo terrorista en nombre de un dios guerrero habrá iniciado una guerra nuclear incontrolable. O simplemente los hielos de los polos se habrán derretido y correremos la suerte de la Atlántida.
Nadie sabe como parar el desastre iniciado.
En la algarabía que precede al hundimiento pensamos que quizá tenía razón el Papa.
Todo estaba construido sobre la arena. En el fondo todo tuvo inicio en el barro primordial. Y a ese barro volvemos por nuestra propia voluntad.
Polvo.
Nuestro único consuelo es que quizá nos convertiremos en polvo de estrellas y en los próximos millones de años brillaremos en el Universo.
¿Alguien antes de ésto habrá descubierto el bosón de Higgs?
El último que apague la luz.
10 octubre 2008
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