En éste verano del 2008 nos ha dejado un héroe de nuestro tiempo,un combatiente sin tregua,capaz de soportar todo tipo de sufrimiento, para defender la dignidad del ser humano ofendida por esa personificación del totalitarismo llamado Josef Stalin.
Héroe de la Unión Soviética como joven combatiente durante la segunda guerra mundial,caído en desgracia por sus críticas al régimen,se convirtió en “ciudadano involuntario” del así llamado archipiélago gulag como era conocida en códice la telaraña secreta de los campos de concentración de aquella tarántula comunista que era el camarada Stalin el cual, junto a Hitler y algún otro pajarraco semejante, pertenecen al estercolero de la historia de la humanidad.
Hay que decir que Solzenitsin sobrevivió y no se convirtió en una de los veinte millones de víctimas de las purgas del totalitarismo estalinista.
Sobrevivió contra viento y marea y denunció al mundo tamaña ignominia. Escribiendo en modo clandestino, pudo enviar a Occidente en hojas sueltas su obra a través de redes secretas de disidentes que con riesgo de sus vidas pudieron trasmitirlas.
Esa obra fue conocida en el mundo occidental con el título de Archipiélago Gulag.
En ella se describía en forma minuciosa, poniendo cara y nombres a las víctimas, lo que allí estaba sucediendo, cosa que en realidad en Occidente se sabía pero se prefería ignorar por comodidad diplomática.
Le fue concedido el Premio Nobel de Literatura por ésta y otras importantes obras como “ Un día en la vida de Ivan Denisovih”,”Pabellón de Cáncer”,”La Encina y el Carnero”entre otras.
El comportamiento de los partidos ,gobiernos e intelectuales de la izquierda ligada al Partido comunista fue vergonzoso. Unos negaron los hechos,otros los justificaron,incluso acusaron a Solzenitsin de ser un vendido,de pertenecer a la CIA,de ser un siervo del imperialismo y lindezas de éste tipo.
No hubo mayor suerte con los gobernantes soviéticos que sucedieron al tirano,ya que aunque denunciaron los crímenes del estalinismo en el famoso XX Congreso del PSUC y se autoproclamaron reformistas,la realidad no cambió y la falta de libertad quedó idéntica con Kruscov,Breznev,Andropov y otros.
Fue exiliado de sus país por veinte años.
Solo cuando se derrumbó por su propio peso el gigante totalitario Goliat,Solzenitsin pudo retornar con honor a su Rusia natal.
Afortunadamente quién escribe éste diario en aquella época hacía parte de la izquierda que no tiene ni tenía que ruborizarse,es decir,de una izquierda que tenía relaciones con la disidencia y que abiertamente la apoyaba en todos los países del Este Europeo.
Una izquierda que no tenga por bandera la rigurosa defensa de los derechos humanos es una izquierda que ayer como hoy no merecería respeto.
Alexander Solzenitsin,premio Nobel de Literatura y Andrej Sajarov,Premio Nobel de la Paz, son un orgullo para Rusia y un orgullo para la humanidad.
Ellos con la fuerza de la palabra y de la pluma,pagando muy caro su defensa de la dignidad y la libertad,son un ejemplo a seguir para las futuras generaciones.
Ésto si que es auténtica Educación para la Ciudadanía.
10 agosto 2008
Héroe de la Unión Soviética como joven combatiente durante la segunda guerra mundial,caído en desgracia por sus críticas al régimen,se convirtió en “ciudadano involuntario” del así llamado archipiélago gulag como era conocida en códice la telaraña secreta de los campos de concentración de aquella tarántula comunista que era el camarada Stalin el cual, junto a Hitler y algún otro pajarraco semejante, pertenecen al estercolero de la historia de la humanidad.
Hay que decir que Solzenitsin sobrevivió y no se convirtió en una de los veinte millones de víctimas de las purgas del totalitarismo estalinista.
Sobrevivió contra viento y marea y denunció al mundo tamaña ignominia. Escribiendo en modo clandestino, pudo enviar a Occidente en hojas sueltas su obra a través de redes secretas de disidentes que con riesgo de sus vidas pudieron trasmitirlas.
Esa obra fue conocida en el mundo occidental con el título de Archipiélago Gulag.
En ella se describía en forma minuciosa, poniendo cara y nombres a las víctimas, lo que allí estaba sucediendo, cosa que en realidad en Occidente se sabía pero se prefería ignorar por comodidad diplomática.
Le fue concedido el Premio Nobel de Literatura por ésta y otras importantes obras como “ Un día en la vida de Ivan Denisovih”,”Pabellón de Cáncer”,”La Encina y el Carnero”entre otras.
El comportamiento de los partidos ,gobiernos e intelectuales de la izquierda ligada al Partido comunista fue vergonzoso. Unos negaron los hechos,otros los justificaron,incluso acusaron a Solzenitsin de ser un vendido,de pertenecer a la CIA,de ser un siervo del imperialismo y lindezas de éste tipo.
No hubo mayor suerte con los gobernantes soviéticos que sucedieron al tirano,ya que aunque denunciaron los crímenes del estalinismo en el famoso XX Congreso del PSUC y se autoproclamaron reformistas,la realidad no cambió y la falta de libertad quedó idéntica con Kruscov,Breznev,Andropov y otros.
Fue exiliado de sus país por veinte años.
Solo cuando se derrumbó por su propio peso el gigante totalitario Goliat,Solzenitsin pudo retornar con honor a su Rusia natal.
Afortunadamente quién escribe éste diario en aquella época hacía parte de la izquierda que no tiene ni tenía que ruborizarse,es decir,de una izquierda que tenía relaciones con la disidencia y que abiertamente la apoyaba en todos los países del Este Europeo.
Una izquierda que no tenga por bandera la rigurosa defensa de los derechos humanos es una izquierda que ayer como hoy no merecería respeto.
Alexander Solzenitsin,premio Nobel de Literatura y Andrej Sajarov,Premio Nobel de la Paz, son un orgullo para Rusia y un orgullo para la humanidad.
Ellos con la fuerza de la palabra y de la pluma,pagando muy caro su defensa de la dignidad y la libertad,son un ejemplo a seguir para las futuras generaciones.
Ésto si que es auténtica Educación para la Ciudadanía.
10 agosto 2008
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