sábado, 22 de noviembre de 2008

GOLIAT Y LOS JUEGOS OLIMPICOS




PEKIN 8-8-008
Goliat ha siempre usado los juegos para mostrarse en su gigantesco esplendor.
Ya fueron maestros de ésta manipulación los emperadores del Imperio Romano.
Decían que para tener contento al pueblo se necesitaban panem et circenses. Así en los circos romanos se organizaban juegos para enardecer al pueblo y para mostrar el poder y el esplendor del Imperio a las más recónditas provincias.
El Imperio Nazi cuando organizó los Juegos Olímpicos de 1936 también quiso mostrar al mundo el poderío de las juventudes hitlerianas desfilando bajo la cruz gamada y al paso de la oca. Pocos años después invadió Europa y asesinó a seis millones de inocentes hebreos.
La instrumentalización del deporte fue también una costumbre normal en el pasado siglo XX.
Lo hicieron la Unión Soviética,Sudáfrica o la Argentina de la dictadura. Unas veces fueron Juegos Olímpicos,otras Mundiales de Fútbol.
Era siempre la cara de Goliat que se ponía la careta con la sonrisa para convencer al mundo que al fin y al cabo el sistema no estaba del todo mal y tenía un consenso popular. Bastaba condimentar la cosa con un poco de nacionalismo y populismo.
En aquella época es verdad que los que protestábamos y organizábamos recogidas de firmas y actos de boicot éramos muchos.
Desgraciadamente hoy día son menos.
Los Juegos Olímpicos de China en 2008 no se diferencian mucho de los de Alemania en 1936. La ceremonia inagural ha sido mastodóntica y bellísima por las nuevas tecnologías usadas. Seguramente habrán costado una fortuna aunque eso al gobierno chino le importe poco porque no tiene que dar razón a ningún parlamento democrático ni a la opinión pública amordazada.
Es una lástima que ésta China actual sea una potencia económica y un enano político por cuanto tiene que ver con los derechos humanos de sus ciudadanos.
La peor cara de Goliat.
No olvidemos cegados por las luces y las medallas de oro de los atletas que esas medallas tienen sangre del Tibet y sangre de los millares de personas condenadas a muerte.
China es el país del mundo con mayor número de ajusticiados.
Se les asesina con un tiro en la nuca arrodillados en un estadio.
El precio de la bala asesina viene facturado a la familia del asesinado.
Si yo fuera un atleta rechazaría esa medalla de oro ensangrentada y se la mandaría a Goliat explicándole porqué.
Cuando hace veinte años los estudiantes chinos se rebelaron en la plaza Tiennamen,los tanques les pasaron por encima. A los que pudieron escapar les ajusticiaron con el tiro en la nuca.
Nunca China ha tenido líderes que hayan rechazado ese pasado de sangre como hizo el partido comunista soviético con los crímenes del estalinismo. China no ha tenido un Gorbachev ni una perestroika .
China no ha renegado de su pasado de sangre. Se ha reconvertido en una superpotencia comunista con el más despiadado de los capitalismos. Los trabajadores chinos no tienen ningún derecho. Viven como esclavos. Los que pueden se enriquecen bajo las alas del régimen de Goliat si es que se conforman con él y le rinden pleitesía.
Los gobernantes occidentales,no todos pero casi,también han besado los pies de Goliat en Pekin.
Es posible que lo hagan por miedo como al Hítler de 1936.
Otros lo hacen por dinero o intereses de vario tipo.
No sé como ni cuando la China se hará dueña de Europa. No sé tampoco si usará armas convencionales o las armas de la economía. Lo cierto es que las empresas y los trabajadores europeos están ya pagando su tributo a la China.
Los trabajadores europeos que se han ido al paro sería bueno que en vez de embelesarse viendo por la televisión los Juegos Olímpicos de Goliat no perdieran el tiempo y fueran a protestar delante de sus embajadas.
Hoy se derrama la sangre del Tibet y de los trabajadores chinos.
Mañana podría derramarse la sangre de Europa y la de los trabajadores europeos.
Goliat es siempre Goliat.
Ayer como hoy.

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