viernes, 27 de febrero de 2009

EL AUTOBÚS DE DIOS EN AFGHANISTÁN




EL MUNDO A TRAVÉS DEL BURKA
Como ya sabemos por otros viajes, Dios no viaja en vehículos de alta gama.
Prefiere ir apretado entre las personas de países más desfavorecidos que el nuestro en autobuses de color abigarrado llenos de humanidad doliente.
En ese autobús de Dios en Afghanistán, la gente va pensativa y su cabeza ocupada con la preocupación de las bombas,la comida,el sobrevivir cotidiano.
Dios ve, como viajero de ese autobús, pasar delante de sus ojos el árido paisaje a través de la rejilla de un burka femenino en el que ha querido instalarse.
Porque en esos autobuses Dios quiere mirar el mundo a través de ojos humanos.
Y ahí,en ese autobús,Dios ha querido formar parte del colectivo más desfavorecido. Las mujeres del Afghanistán.
Dios hace éste viaje particularmente triste,no solo por ver el mundo a través de la rejilla de un burka. También porque sabe que las mujeres que van en ese autobús,no pueden ir a la escuela,ni ir al médico,ni parir sus hijos,sin quitarse ese burka.
Dios sabe,mirando a través de esos ojos,que cualquiera de esas mujeres,cualquier día,puede morir lapidada si alguien la acusa de adulterio.
A Dios esto le entristece en modo particular porque a esas mujeres les dicen que tal castigo,que tal sentencia de muerte, es así por voluntad de Dios.
Cuando El,Dios,allá en Palestina,cuando iban a lapidar a una mujer,dijo:”Quién esté libre de pecado,que tire la primera piedra”.
Y,claro,todos se miraron entre ellos y dentro de sí mismos,y tuvieron que irse sin tirar ninguna piedra.
Por eso Dios viaja en Afghanistán con esas mujeres del burka,para compartir con ellas su humillación y su dolor.
Y también para susurrarles en el oído,debajo del burka,que les han contado una gran MENTIRA.
Que Dios ni quiere que lleven el burka,ni quiere la humillación que sufren,ni tanto menos la lapidación.
Les susurra al oído que Él vino al mundo para decir que todos los seres humanos son iguales.
Les susurra también al oído que Dios las ama a ellas en modo particular porque
sufren y porque son más débiles.
Porque Dios ama sobre todo a los débiles.
Les susurra al oído que Dios ama a las mujeres y que todos aquellos que afirman lo contrario en nombre de Dios, son unos mentirosos.
Todo eso lo va pensando Dios en ese autobús del Afghanistán.

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