EL SUEÑO DE LA RAZÓN GENERA MONSTRUOS
LA RAZÓN INSOMNE TAMBIÉN GENERA MONSTRUOS
Hay un extraño modo de vivir la libertad sin libertad.
Lo saben bien los secuestrados.
Aunque también hay muchos tipos de secuestrados.
Y de secuestros.
Entre los varios tipos de secuestrados podemos considerar:
Los secuestrados por otros. Los secuestrados por sí mismos. Los secuestrados por las circunstancias.
Entre los primeros,generalmente hay secuestrados por terroristas de vario tipo,quiero recordar por su carácter emblemático a la siempre admirada Ingrid Betancourt que vivió seis años haciendo una vida terrible e inhumana en la selva colombiana retenida atada a un árbol por los terroristas-guerrilleros de las FARC. En ésta categoría de personas podemos incluir también a las mujeres secuestradas debajo de un BURKA por sus maridos en países de religión islámica.
Existen también otra categoría de secuestrados,casi siempre femeninos,son los secuestrados por su propia voluntad. Aquí podemos incluir a aquellas mujeres que padecen esa especie de síndrome del BURKA MENTAL las cuales viven en estado de esclavitud aunque no están atadas a un árbol sino dominadas por sus parejas aduciendo motivos de amor escrito con minúscula. Soportarán cualquier cosa,incluso ser asesinadas,sin rechistar.
Una última categoría de secuestrados son los “secuestrados por las circunstancias”,los cuales son muchísimos de entrambos los sexos y también las “circunstancias” son de vario tipo.
A diferencia de los primeros, éstos últimos no tienen ninguna posibilidad de recobrar la libertad añorada y están como Dante “ante la puerta donde hay que perder cualquier esperanza”,es decir,en el “Infierno” descrito en la Divina Comedia. Solo que el Infierno de los secuestrados por las circunstancias está en el mundo terrenal. También ellos han perdido la esperanza de ser libres.
Los primeros en general detestan al secuestrador,aunque Ingrid Betancour ha tenido la grandeza moral de perdonarles.
Los segundos, con su Síndrome de Estocolmo o del Burka Mental, sufren en silencio su amor por el secuestrador,amor con minúscula ,claro. Hasta la muerte.
Los terceros,los de las “circunstancias,” los hay de vario tipo. Hay quién se resigna de frente a lo ineluctable ,a la imposibilidad, de salir del problema laberíntico.
Hay quién detesta la causa de su problema,hay quién lo vive como una especie de penitencia anticipadora del Infierno, hay quién la vive como una rabia sorda que anida en la cabeza y en el corazón y que genera dentro del cerebro y del alma un caos bien figurado gráficamente en el grabado de Goya “El sueño de la Razón genera monstruos”.
Hay, en fin, quién lo vive como con una especie de estupor con la pregunta ¿Y porqué a mí precisamente me ha pasado ésto?
Aunque sean aparentemente libres, viven en una cárcel de la que nadie les va a librar ni la de que uno mismo se puede librar.
En una forma de vida que recuerda a la de aquellos presos americanos del “corredor de la muerte” donde ni les ejecutan ni tampoco les dan la esperanza de que un día el Gobernador se levante de buen humor y cambie su sentencia de pena de muerte por la de cadena perpetua.
Ahí viven,y vivirán, aferrados a las rejas que les separan de la vida real que corre fuera de ellos. Lejos de ellos.
El traje de presidiario les parecerá que les está pequeño y les corta la respiración.
Si intentan caminar les parecerá que las cadenas cortas que llevan en los tobillos hacen que su paso sea vacilante como el de los pingüinos.
Esas personas secuestradas por sus “circunstancias”,viven en convergencia paralela permanente.
Por un lado estará su vida. Por otro su libertad.
Por mucho que caminen juntas,nunca se encontrarán.
Solo tienen posibilidad de escapar por una estrecha rendija. La mental. La de ser libres a través de la Libertad de la no Libertad.
El pensamiento entonces volará libre de un lado a otro sin que nadie pueda impedirlo.
No hay reja que pueda pararlo.
La propia mente es la única propiedad de la que dispone el género humano.
Solo el pensamiento es libre.
Solo ese puede volar.
LA RAZÓN INSOMNE TAMBIÉN GENERA MONSTRUOS
Hay un extraño modo de vivir la libertad sin libertad.
Lo saben bien los secuestrados.
Aunque también hay muchos tipos de secuestrados.
Y de secuestros.
Entre los varios tipos de secuestrados podemos considerar:
Los secuestrados por otros. Los secuestrados por sí mismos. Los secuestrados por las circunstancias.
Entre los primeros,generalmente hay secuestrados por terroristas de vario tipo,quiero recordar por su carácter emblemático a la siempre admirada Ingrid Betancourt que vivió seis años haciendo una vida terrible e inhumana en la selva colombiana retenida atada a un árbol por los terroristas-guerrilleros de las FARC. En ésta categoría de personas podemos incluir también a las mujeres secuestradas debajo de un BURKA por sus maridos en países de religión islámica.
Existen también otra categoría de secuestrados,casi siempre femeninos,son los secuestrados por su propia voluntad. Aquí podemos incluir a aquellas mujeres que padecen esa especie de síndrome del BURKA MENTAL las cuales viven en estado de esclavitud aunque no están atadas a un árbol sino dominadas por sus parejas aduciendo motivos de amor escrito con minúscula. Soportarán cualquier cosa,incluso ser asesinadas,sin rechistar.
Una última categoría de secuestrados son los “secuestrados por las circunstancias”,los cuales son muchísimos de entrambos los sexos y también las “circunstancias” son de vario tipo.
A diferencia de los primeros, éstos últimos no tienen ninguna posibilidad de recobrar la libertad añorada y están como Dante “ante la puerta donde hay que perder cualquier esperanza”,es decir,en el “Infierno” descrito en la Divina Comedia. Solo que el Infierno de los secuestrados por las circunstancias está en el mundo terrenal. También ellos han perdido la esperanza de ser libres.
Los primeros en general detestan al secuestrador,aunque Ingrid Betancour ha tenido la grandeza moral de perdonarles.
Los segundos, con su Síndrome de Estocolmo o del Burka Mental, sufren en silencio su amor por el secuestrador,amor con minúscula ,claro. Hasta la muerte.
Los terceros,los de las “circunstancias,” los hay de vario tipo. Hay quién se resigna de frente a lo ineluctable ,a la imposibilidad, de salir del problema laberíntico.
Hay quién detesta la causa de su problema,hay quién lo vive como una especie de penitencia anticipadora del Infierno, hay quién la vive como una rabia sorda que anida en la cabeza y en el corazón y que genera dentro del cerebro y del alma un caos bien figurado gráficamente en el grabado de Goya “El sueño de la Razón genera monstruos”.
Hay, en fin, quién lo vive como con una especie de estupor con la pregunta ¿Y porqué a mí precisamente me ha pasado ésto?
Aunque sean aparentemente libres, viven en una cárcel de la que nadie les va a librar ni la de que uno mismo se puede librar.
En una forma de vida que recuerda a la de aquellos presos americanos del “corredor de la muerte” donde ni les ejecutan ni tampoco les dan la esperanza de que un día el Gobernador se levante de buen humor y cambie su sentencia de pena de muerte por la de cadena perpetua.
Ahí viven,y vivirán, aferrados a las rejas que les separan de la vida real que corre fuera de ellos. Lejos de ellos.
El traje de presidiario les parecerá que les está pequeño y les corta la respiración.
Si intentan caminar les parecerá que las cadenas cortas que llevan en los tobillos hacen que su paso sea vacilante como el de los pingüinos.
Esas personas secuestradas por sus “circunstancias”,viven en convergencia paralela permanente.
Por un lado estará su vida. Por otro su libertad.
Por mucho que caminen juntas,nunca se encontrarán.
Solo tienen posibilidad de escapar por una estrecha rendija. La mental. La de ser libres a través de la Libertad de la no Libertad.
El pensamiento entonces volará libre de un lado a otro sin que nadie pueda impedirlo.
No hay reja que pueda pararlo.
La propia mente es la única propiedad de la que dispone el género humano.
Solo el pensamiento es libre.
Solo ese puede volar.
como dice Victor Frank...
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