YO DENTRO DE MI
En algunos momentos me pregunto cual es mi verdadero “yo”.
Es decir,cuando veo el transcurrir de la vida y los lugares y las personas que me rodean,y yo voy siendo con el fluir del tiempo hija,madre o abuela,la duda que se me presenta es que esos ojos que miran sean o no sean los mismos ojos de la niña,de la adolescente,de la mujer o de la mujer madura. Dice José Saramago “que hay que dejarse llevar por el niño que se lleva dentro”,y yo creo que es una gran verdad. Los ojos que ahora miran son los ojos que ayer miraban.
La pregunta es: ¿en qué cambia esa mirada? ¿o es la misma mirada?
En esos ojos asoma idéntica curiosidad y el mismo maravillarse o sentir el asombro de “descubridora” del mundo circunstante o intuido.
Casi podría afirmar que cuando hablo con esos niños que hoy son mis nietos me siento igualmente niña y “descubrimos” juntos el mundo con afán y curiosidad compartidos.
Mis ojos de mujer madura son unos ojos que ven pasar la vida y lo que en ella hay, como si estuviera sentada en un cine sin moverme y los que se movieran fueran los otros y todo lo demás.¿Tendré el síndrome de Peter Pan? ¿o será que la circunstancia “ tiempo” tiene una importancia muy relativa?
Busco un poco de luz a éstas dudas consultando “Unas lecciones de Metafísica” de José Ortega y Gasset. Leo en esas páginas que “la vida es lo que somos y hacemos” y también “lo que hacemos y lo que nos pasa”,y que “la vida es siempre un AHORA y consiste el lo que AHORA se es”.
También afirma Ortega que “la vida es un PUNTO,el presente contiene todo nuestro pasado y todo nuestro porvenir”.
Me pregunto entonces ¿muere tu pasado cuando avanzas en tu porvenir o todo es fagocitado en tu presente como en un agujero negro del Universo? ¿o mi YO es la suma de todos esos AHORA?
Es cierto que avanzando en todos esos AHORA crece la experiencia y el conocimiento, pero mi sensación,al menos personal, es la de haber elegido un AHORA donde instalarme y de haberlo petrificado quedándome ahí.
Es también cierto que, continuando con la teoría de mi siempre admirado Ortega,deberíamos añadir que el hombre es “el yo mas su circunstancia” por lo tanto debo entender de forma inseparable.
Y que del mismo modo el “yo” con otra “circunstancia”sería otro hombre o el mismo hombre pero totalmente diferente.
Por eso no me resulta claro si prescindiendo de esa “circunstancia”que me envuelve sería yo misma.
Por eso intento situar ese “yo”fuera de la “circunstancia”de tiempo y espacio. Quizá sea un malabarismo de la mente.
Como si la “circunstancia”fuera mi vestido y el “yo”mi cuerpo desnudo. Como si fuera una especie de cebolla y me hubiera ido despojando una a una de todas las capas. Al final queda solo la cebolla. Su esencia. El YO verdadero.
Por eso he elegido de seguir mirando el mundo con los ojos de un niño,con su capacidad de curiosidad y de asombro. He congelado ese momento,ese punto,ese AHORA.
Soy también consciente de haber almacenado en la mente y dentro de ese “yo”mucho conocimiento y experiencia como la suma de personas,lugares,momentos,estudios,pensamientos y sentimientos de lo más vario. Es decir,todo lo que significa la “circunstancia”.
Vuelvo pues al inicio de ésta reflexión.
Yo dentro de mi soy mi auténtico “yo”.
Yo fuera de mi soy mi “circunstancia”.
Otra cosa.
Me gusta vivir en ese malabarismo.
En algunos momentos me pregunto cual es mi verdadero “yo”.
Es decir,cuando veo el transcurrir de la vida y los lugares y las personas que me rodean,y yo voy siendo con el fluir del tiempo hija,madre o abuela,la duda que se me presenta es que esos ojos que miran sean o no sean los mismos ojos de la niña,de la adolescente,de la mujer o de la mujer madura. Dice José Saramago “que hay que dejarse llevar por el niño que se lleva dentro”,y yo creo que es una gran verdad. Los ojos que ahora miran son los ojos que ayer miraban.
La pregunta es: ¿en qué cambia esa mirada? ¿o es la misma mirada?
En esos ojos asoma idéntica curiosidad y el mismo maravillarse o sentir el asombro de “descubridora” del mundo circunstante o intuido.
Casi podría afirmar que cuando hablo con esos niños que hoy son mis nietos me siento igualmente niña y “descubrimos” juntos el mundo con afán y curiosidad compartidos.
Mis ojos de mujer madura son unos ojos que ven pasar la vida y lo que en ella hay, como si estuviera sentada en un cine sin moverme y los que se movieran fueran los otros y todo lo demás.¿Tendré el síndrome de Peter Pan? ¿o será que la circunstancia “ tiempo” tiene una importancia muy relativa?
Busco un poco de luz a éstas dudas consultando “Unas lecciones de Metafísica” de José Ortega y Gasset. Leo en esas páginas que “la vida es lo que somos y hacemos” y también “lo que hacemos y lo que nos pasa”,y que “la vida es siempre un AHORA y consiste el lo que AHORA se es”.
También afirma Ortega que “la vida es un PUNTO,el presente contiene todo nuestro pasado y todo nuestro porvenir”.
Me pregunto entonces ¿muere tu pasado cuando avanzas en tu porvenir o todo es fagocitado en tu presente como en un agujero negro del Universo? ¿o mi YO es la suma de todos esos AHORA?
Es cierto que avanzando en todos esos AHORA crece la experiencia y el conocimiento, pero mi sensación,al menos personal, es la de haber elegido un AHORA donde instalarme y de haberlo petrificado quedándome ahí.
Es también cierto que, continuando con la teoría de mi siempre admirado Ortega,deberíamos añadir que el hombre es “el yo mas su circunstancia” por lo tanto debo entender de forma inseparable.
Y que del mismo modo el “yo” con otra “circunstancia”sería otro hombre o el mismo hombre pero totalmente diferente.
Por eso no me resulta claro si prescindiendo de esa “circunstancia”que me envuelve sería yo misma.
Por eso intento situar ese “yo”fuera de la “circunstancia”de tiempo y espacio. Quizá sea un malabarismo de la mente.
Como si la “circunstancia”fuera mi vestido y el “yo”mi cuerpo desnudo. Como si fuera una especie de cebolla y me hubiera ido despojando una a una de todas las capas. Al final queda solo la cebolla. Su esencia. El YO verdadero.
Por eso he elegido de seguir mirando el mundo con los ojos de un niño,con su capacidad de curiosidad y de asombro. He congelado ese momento,ese punto,ese AHORA.
Soy también consciente de haber almacenado en la mente y dentro de ese “yo”mucho conocimiento y experiencia como la suma de personas,lugares,momentos,estudios,pensamientos y sentimientos de lo más vario. Es decir,todo lo que significa la “circunstancia”.
Vuelvo pues al inicio de ésta reflexión.
Yo dentro de mi soy mi auténtico “yo”.
Yo fuera de mi soy mi “circunstancia”.
Otra cosa.
Me gusta vivir en ese malabarismo.
MARAVILLOSO, ALICIA, TUS MALABARISMOS PARA PERPETUAR A ESE NINO AL QUE PEDIMOS AUXILIO SI VEMOS QUE SE NOS ALEJA, SI SOMOS AHORA, MAS LAS CIRCUNSTANCIAS PERO COMO DICES, DEJEMOS ESAS CIRCUNSTANCIAS EN EL ROPAJE Y LA DESNUDEZ A NUESTRA ALMA..
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