viernes, 5 de diciembre de 2008

EL TIRO EN LA CABEZA.



EL SUEÑO DE LA RAZÓN GENERA MONSTRUOS
Está todo dentro de la cabeza. Llega. Es el Caos.
Rojo. Granate. No. Es rojo.
El horizonte está teñido de sangre roja.
Se oye el ruido lejano de mil caballos galopando. Si. Galopan furiosos con ojos de fuego. Ese ruido ensordece y aturde.
Son caballos de metal. No son de carne y hueso. No son caballos de éste mundo. No parecen reales. Son caballos del Infierno.
No es ya ruido. Es un fragor metálico. Estridente. Chirriante. Se acercan.
Me van a pasar por encima. No puedo hacer nada. Estoy paralizada de terror.
Me invade un olor nauseabundo a flores podridas. A algas podridas. A peces podridos.
Mis manos buscan algo sólido donde aferrarse.
Es imposible.
Todo es líquido. Viscoso. Escurridizo. Es podredumbre. Es fango. Es lodo. Es sangre negra.
Llegan. Llegan. Ahí están.
Llegan con los ojos de fuego centelleante.
Me pasan por encima. Pero no siento dolor. Solo miedo.
Es el tiro en la nuca.
Solo veo rojo sangre.
Solo oigo el chirriar del metal que rompe los tímpanos.
Solo huelo el olor de la muerte.
Solo toco algas podridas.
Solo puedo gritar. Grito. Emito aullidos dentro de mi. Son aullidos de silencio.
Siento un ruido ensordecedor que hace temblar la tierra y enrojecer aún mas los cielos. Es el cerebro que estalla.
Si. Pienso que un ruido como éste debió acompañar a Luzbel en su caída a los infiernos. Es el fragor de la Violencia.
Se van. Se van corriendo.
Luego llega el silencio. La paz. El intento de poner serenidad al interno de la cabeza.
Todo está dentro de la cabeza.
Es el Caos en la cabeza.
Son las balas dentro de la cabeza
Debían llegar. Llegaron.
Es el sueño de la Razón que genera Monstruos.
Es la muerte por tiro en la cabeza.
No fue mi cabeza. Pero es igual.
Es como si hubiera sido mi cabeza.
Una cabeza con tiro en la cabeza no es la cabeza de otro.
Son todas las cabezas de todos.

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