jueves, 16 de abril de 2009

OJOS DE PERRO



POEMARIO INTEMPORAL

Ojos de perro
que te miran,
sinfonía de marrones,
piel suave
que acaricias,
el húmedo hocico
en el hueco de tu mano,
su cabeza,
sinfonía de marrones,
en tu regazo.
Ojos de perro
que te miran,
sinfonía de marrones
en tu alma.
Ojos de perro
que observan
tu pena.
Su mirada canina
fija tu mirada humana
y sin necesidad
de palabras,
esos ojos de perro,
sinfonía de marrones,
comprendían ayer
tu alegría,
comprenden hoy
tu tristeza.

5 comentarios:

  1. hola Alicia, me gusta cómo escribes.
    No se de perros pero si de gatos pues tuve hace algunos años varios gatos callejeros en casa. Eran libres, entraban y salíana su antojo. Los mas mansos se quedaban dentro y en la noche se les cerraban las ventanas y puertas para que no salieran en sus excursiones nocturnas. Los otros simplemente estaban a la puerta cada vez que tenían hambre y se les veía acurracarse todos juntos bajo las estrellas.
    No sabían tratar a los humanos, pues no habían sido tocados, asi que para agradecer, supongo la comida y la acogida, lo que hacían era morderme los tobillos, y eso dolía, hasta que fueron aprendiendo que no nos pueden tratar como a otros gatos.
    En fin, son muchos recuerdos, los gatos de casa, uno se llamaba Makio, nombre japonés que significa visión ilusoria, o trascender el nivel mas burdo de la realidad. Dicho gato lo llamabamos 'el sabio callejero'. Era muy inteligente y solidario, ayudaba a los gatos atrapados en los techos de los chalets, Makio iba, los acompañaba y les enseñaba como bajar. Yo lo vi tres veces. Era manso excepto con el veterinario, varias veces lo arañó y mordió de tal manera que se le infectaban las heridas y el pobre veterinario tenía que pedir dias libres.
    Entonces trajo una jaula, lo metí en ella y se fue encogiendo hasta que ya no pudo moverse y lo inyectó. Otra vez que éste andaba como loco corriendo y destrozando todo el consultorio, y se quedó agazapado en la cuerda de la lámpara del techo, entonces el veterinario amarró la jerginga con anestesia a un palo, la acercó y lo inyectó a distancia, recibiendolo en los brazos cuando cayó dormido. Oro día lo llevé a que le hiciera una curacion, y como precaución, para el veterinario, lo anestesió y lo inyectó. Lo dejó dormido en una mesa del segundo piso, y bajó unos minutos, cuando subió el minino había logrado abrir la ventana, y saltar a la calle. Era una clinica bastante lejos de la casa y desconocido para él, pues lo llevé en coche encerrado en un transportín. Todo el personal de la clínica, incluyendome lo estuvimos buscando por los alrededores todo el día hasta que nos dimos por vencidos. Eran como las tres de la mañana y yo estaba en el ordenador cuando de repente siento que algo peludo roza mis piernas, era Makio. Desde ese día le dejé total libertad para que saliera también en las noches.
    Y varias aventuras más.
    Hasta que una mañana, se encontraba a los pies de nuestra cama, sólo escuchamos grrrr, Murió de paro respiratorio.
    Marce

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  2. !Qué bonita historia la que cuentas,Marcela!El gato es un animal fascinante,se ve que por eso los egipcios lo consideraban divino.El perro da al amo su amor incondicional,aunque le pegue,porque siendo animal gregario,para él el amo es el jefe de la oficina. El gato, sin embargo tiene una inteligencia selectiva y sofisticada. Cuando se hace un amigo humano,es el caso de tu Makio,colabora contigo,te va a buscar,pero tu no eres su jefe,al máximo eres su compañero de cooperativa.Hay tantas cosas bellas de nuestra relación entre humanos y animales.Podríamos incluso abrir en el blog una nueva etiqueta llamada ANIMALARIO o también ARCA DE NOÉ y escribir sus pequeñas historias que yo considero grandes.Alicia

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  3. ARCA DE NOE
    suena bonita.
    Marce

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  4. !PuesARCA DE NOÉ le llamaremos! El mundo que nos rodea merece nuestra atención.

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  5. hola querida Alicia,
    seguimos con los animalitos.
    Aqui una descripción de uno de ellos. Adivina qué animal es...

    Motor cubierto de pelos.
    Adulador de espíritus y momia sagrada de los egipcios.
    Amplia pupila, testigo de los juegos de luz y sombra de la noche.
    Bigotes sabios y orejas que fluctúan entre sumisión y desafío.
    De arañazo traicionero y maullido convincente.
    Le deleita el calor del cuello y del regazo.
    Malherido se refugia en el abrazo silencioso de la tierra para resurgir victorioso a interpretar alguna de sus vidas restantes.

    con todo cariño marce

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