-¿LA IGLESIA QUIZÁ DEBERÍA ESCUCHAR MÁS A SUS HIJOS?
-UNA MADRE HABLA ABRAZÁNDOLES AMOROSAMENTE
-A ESA MADRE ARRUGADA NOS GUSTARÍA DEVOLVERLE LA FRESCURA DE SU JUVENTUD. NO POR NADA SOMOS HIJOS SUYOS.
No es fácil hablar de la Iglesia. Es algo que nos supera. Demasiado grande. Demasiada Historia. Una Historia llena de páginas bellas y de otras francamente para olvidar por las que el Papa Juan Pablo II pidió perdón en uno de los mejores momentos de su papado. Institución extendida por toda la tierra. Inabarcable. Inmensa. Casa de Dios gobernada por seres humanos. Madre,a veces,madrastra.
Pero sin duda en Ella pesa más lo positivo que lo negativo.
¿Porqué ésta reflexión sobre la Iglesia?
En éstos días posteriores a la Semana Santa,se publica en algunos periódicos españoles un Manifiesto firmado por 300 personas entre los que se cuentan algún teólogo,sacerdotes,intelectuales,algún político y otros creyentes de diversas organizaciones.
¿Es mejor fingir de no haberlo leído?
El documento, con título”Ante la crisis eclesial,”es bastante crítico con la jerarquía eclesiástica,aunque de esa crítica parece excluido el papa Benedicto XVI.
El Manifiesto,que yo leo como persona independiente, que no hace parte de ningún movimiento de los que constituyen ese inmenso archipiélago de la Iglesia Católica,creo que merezca atención y amorosa escucha. Aunque no sea siempre tarea fácil la de escuchar y tanto menos a quién se duele por algo o disiente.
No sería buena cosa,creo,cerrar los ojos ante esas realidades de disenso,o hacer oídos sordos ante aquellos que exponen puntos interrogativos que no siempre obtienen respuesta,teniendo en cuenta de que se carece de foros de discusión y de intercambio de ideas al interno de la Institución para aquellas personas que son partícipes en la vida de la Iglesia Católica.
Aunque pienso que los firmantes de ese documento si que dispongan de algún Foro interno pero hayan querido de todas formas exteriorizar sus inquietudes.
A quién no hace parte de la Institución le toca la parte de escuchar sin ser escuchado. A veces esas personas se enteran “de lo que se cuece” en la Iglesia a través de la prensa y de Internet.
Viendo los problemas desde fuera se constata que existen grandes divisiones internas,luchas de poder ,diálogo entre sordos,una siempre mayor distancia entre vértice y base. A ésto hoy podemos añadir que, no existiendo lugar donde dialogar,pues se recurre a Internet,con el cual el mismo Papa,en ocasión del problema del obispo léfèbvrista Williansom,ha tocado con mano la magnitud de la protesta entre el catolicismo de base.
Los firmantes del Manifiesto al que hacemos referencia afirman de amar a la Iglesia como a la propia madre y que no tienen intención de romper con ella ni con el Papa,subrayan que existe esa maravillosa y estupenda realidad de aquellos misioneros y cristianos de base que “dan al mundo el verdadero rostro de la Iglesia”.
Puedo entender que la crítica más fuerte va dirigida a la Curia Romana y que también se denosta con determinación el hecho de que hubo tiempos históricos en que “la Iglesia fue una plataforma de palabra libre”,cosa que evidentemente los firmantes consideran que ya no es así.
También en el documento se afirma que “la causa principal de la crisis es la infidelidad al Vaticano II y el miedo ante las reformas que exigía la Iglesia”.Se extienden en el problema los firmantes y se señala ésta falta de reformas a causa,según los firmantes, sobre todo del entorno papal desde la época del Concilio a nuestros días.
Yo quería solo detenerme en dos aspectos del documento,el cual entra en otros temas en los cuales no entraré. Añado también una reflexión personal. La mía es una opinión que no es ni de teólogo ni de nadie que tenga el menor peso al interno de la Institución. Una opinión libre. Dada con buena fe.
-La iglesia -dicen-ya no parece una plataforma de palabra libre.
-Las reformas auspiciadas por el Vaticano II no se hacen.
-Otros temas no mencionados.
Hemos podido observar,quién ha seguido con atención el llamado “caso Williansom”,
como la falta de canales comunicativos entre base y vértice de la Iglesia,ha producido un terremoto de indignación entre los católicos de muchos países que ha explotado sobre todo en Internet. La curia romana ha sido incapaz de prever lo que iba a suceder,ni de parar el golpe,por lo cual el Papa,gracias a tan “magníficos colaboradores”,ha tenido que parar él personalmente toda la avalancha caída sobre el Vaticano reconduciendo por una parte la cuestión diplomática con el estado de Israel que ahora visitará y,por otra,dando una explicación sobre el tema del levantamiento de excomunión de los lefebvristas y su posible readmisión en el seno de la Iglesia,que tanta inquietud había causado entre muchos católicos,entre los que me incluyo, extendiendo el reciente documento “Carta a los Obispos”.
Hemos visto que ha faltado una forma de comunicación capaz de evitar ésto como también resulta extraño hoy que los 300 firmantes españoles del actual documento lo deban de hacer a través de la prensa o de Internet.
-La pregunta que dejo caer en el aire es: ¿Es correcta la forma de escucha por parte de la Iglesia? Si la Iglesia se nos presenta como una Madre,creo que una madre debería escuchar con atención a sus hijos por díscolos que sean. Una madre debería abrazarles amorosamente aunque considere que están confundidos. Una madre antes de explicar debe amar. Ésto es,debe explicar amando como hacía Cristo.”He venido a curar a los enfermos no a los sanos”.
Y esos hijos deberían expresarse con esa libertad amorosa que se debe a una madre a la que se ama aunque a veces se conteste.
-La segunda pregunta que dejo en el aire es si la Iglesia,su Jerarquía Vaticana,es consciente hasta el fondo de que la nave de Pedro está navegando con mucha dificultad en la Modernidad. A veces da la sensación de hacerlo en la niebla o en medio al temporal como si hiciera un tranquilo crucero por el Mediterráneo.
Las Iglesias se van quedando vacías poco a poco. Éste es el gran problema al que haría falta preguntarse porqué.
Los católicos practicantes peinan canas,los jóvenes van desapareciendo. Las vocaciones escasean. Muchos pueden ser los motivos. Yo solo hablo de algunos.
Por ejemplo,el problema de la “moral sexual” al que la Iglesia siempre ha dado,y sigue dando,mucha importancia.
Me he preguntado a mi misma si el sexo pueda tener la más mínima importancia en mi relación con Dios. La respuesta ha sido no. Para mi no la tiene. Ni creo que a Dios le importen mucho las relaciones sexuales del género humano.
Infinitas son las otras cosas que hacemos muy mal y con las que hacemos daño a los demás y que son contrarias a las enseñanzas evangélicas.
Y sin embargo hay cantidad de personas que tienen enormes dificultades en entender la “moral sexual”de la Iglesia,tanto que muchos optan por ignorar el problema,e incluso hay otros que por éstos motivos deciden simplemente irse. Otros no entienden porqué se diga no al preservativo allá donde el SIDA está segando vidas humanas como en África.
También es difícil a tanta gente entender porqué la Iglesia sea contraria a las prácticas anticonceptivas. Si es lógico que la Iglesia diga no al aborto porque es la supresión de una vida humana, es problemático entender porqué diga no a uno de los modos de evitar el aborto. Decir contemporáneamente no al aborto y no a los anticonceptivos es complicado de sostener.
La falta de vocaciones abre otros interrogativos. ¿El celibato del clero no podría ser una opción libre? ¿Personas casadas no podrían ejercer igual su misión pastoral? Quizá jóvenes a los que resulta muy difícil una vida en solitario podrían optar por una vida religiosa compatible con una familia.
Lo mismo he de decir con respecto a la mujer. El papel de la mujer en la Iglesia es harto problemático. La madre Teresa de Calcuta le pidió en modo explícito al Papa Juan Pablo II que las mujeres pudieran tener acceso al sacerdocio. Pero se ve que tal petición no tuvo los resultados esperados por aquella santa mujer.
Me gustaría subrayar el hecho que en la Iglesia la mujer viene catapultada de la nada a la santidad sin grados intermedios. Las iglesias están llenas de mujeres,en todos los continentes hay monjas misioneras,monjas también en la asistencia de enfermos o en la enseñanza. Pero ni una mujer sacerdote. ¿No resulta inexplicable?
A ninguna de los interrogativos arriba expuestos he encontrado respuesta en los Evangelios. Deduzco que pertenece todo ello a la doctrina y tradiciones de la Iglesia.
Pero bueno,vengamos a las protestas de hoy. Siempre han existido.
Da pena ver como la Historia de la Iglesia esté llena de luchas,desavenencias,cismas. Lo de ahora es más de lo mismo. Ahora también vemos luchas políticas entre grupos de poder. La edad del Papa lleva al pesimismo.¿Se está abriendo la lucha por la sucesión?
Esas luchas de poder van a ser sopesadas muy críticamente por los católicos de a pié.
Esas luchas con los nuevos medios de comunicación serán evidentes y poco comprendidas.
Para concluir se podría decir:
La Iglesia Católica es una madre regañona y con arrugas a la que queremos y respetamos pero a la que nos gustaría ayudar a recobrar la frescura de su juventud.
El problema es que no sabemos como decírselo.
El Papa Benedicto XVI,que en tiempos del Concilio,era un joven teólogo innovador, afirmaba en su Carta a los Obispos,que no había que pensar que la vida de la Iglesia comienza con el Vaticano II,lo cual es una gran verdad,pero como creo que no aludiese con ello a la época del poder temporal,me gustaría pensar en que ese viaje marcha atrás en el tiempo se llegara al Evangelio.
Ahí,en el mismo Evangelio,pienso que se podrían encontrar todos. Incluso aquellos que un día en el curso de la Historia,se separaron.
Juan XXIII murió diciendo “ut unum sint”.
Pues eso. Escuchar,amar,estar unidos, intentando que la barca de Pedro pueda navegar también en las aguas difíciles y turbulentas de la modernidad.
Ésta es la muy modesta opinión de una cristiana católica de base.
Hola Alicia. He leído la carta de los 300 y son bastantes los puntos que se tratan, aunque debo reconocer que tu Entrada tiene muchos más y quizá más espinudos. Lamentablemente el espacio y el tiempo no me alcanzan para abarcar todos los puntos y dar mi punto de vista. Espero conversarlos pronto.
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