Éste es un cuaderno de apuntes sobre la vida que nos transcurre delante y donde reflexionar sobre aquellas cosas y temas diversos de la actualidad o de la política que cada día pasan ante nuestros ojos. Cosas que podemos criticar pero en las que poco se puede incidir dada nuestra condición de hormigas. Desde el punto de vista de las hormigas que somos nuestras opiniones no sirven a cambiar las cosas pero un hormiguero muy grande puede mover una montaña. O eso se espera al menos.
sábado, 21 de abril de 2012
DE REYES CACERÍAS REINAS TRISTES Y FAVORITAS
- UN REY NO PUEDE TENER VIDA PRIVADA NI AMISTADES QUE PUEDAN OFENDER A SU FAMILIA
-CIUDADANOS Y NO SÚBDITOS EN EL S.XXI
Estoy escribiendo ésto en el siglo XXI y yo misma me asombro de estar en el S.XXI en un país europeo llamado España. Éstas cosas de las que hablo eran propias más bien de la época del Renacimiento en la Inglaterra de Enrique VIII. En aquella época los reyes vivían en la corte rodeados de cortesanos, iban a la guerra, si no había guerra en ese momento, participaban a partidas de caza – de ciervos generalmente o de osos porque en Europa no había elefantes- y las reinas y favoritas del rey participaban a los torneos, a los juegos de la corte y a los bailes. Digamos que el ejemplo perfecto de rey del Renacimiento era Enrique VII, o por lo menos el más conocido. Todos hemos leído su historia, sabemos de sus caprichos, de sus muchas mujeres y favoritas, cosas que la reina Catalina de Aragón, su consorte, vivía como sufridora. Las reinas de aquella época eran las grandes sufridoras de los caprichos y veleidades de los reyes. Enrique VIII fue un auténtico tirano que encaprichado con Ana Bolena fue mucho más lejos, ella practicamente tenía tanta influencia en la corte que consiguió que el rey, para casarse con ella, repudiara a la reina Catalina de Aragón e incluso llegara a la ruptura con la Iglesia Católica ya que el Papa se negó a aceptar la anulación del matrimonio.
En fin, viejas historias de todos conocidas, que vieron a la reina Catalina de Aragón recluida en un castillo hasta el final de sus días , a Ana Bolena como nueva reina y, pasado el capricho decapitada por traición y no fue la única. Acabo de repasar la prensa del día y leo que nuestro monarca tan aficionado a la caza mayor, pues resultaría que tiene “una tierna amistad” con una princesa alemana, que con la tal señora cuyo retrato ha salido principalmente en la prensa alemana y en revistas del corazón, mantiene ésta “amistad privada” desde hace mucho tiempo y que la cosa era conocida por todos y claro, motivo del distanciamiento que la reina Doña Sofía mantiene con el regio consorte.
Parece ser que la señora de la “amistad privada” ha acompañado al monarca en viajes oficiales y otros actos oficiales. Parece ser también que en el famoso “arrepentimiento real” no entre su “vida privada”e incluso leo en el Mundo y cito textual que el rey ha hecho saber a través del jefe de comunicación de la Zarzuela que no piensa “renunciar a las amistade3s que le acompañan frecuentemente en actos privados” y según “fuentes oficiales” citadas por el diario El País que no renunciaría “ a la estrecha relación que mantiene con la princesa Corina Zu-Sayn-Wittgenstein desde hace varios años y que le acompañaba en Botsuana”. Pues así están las cosas en la Casa Real.
Como si estuviéramos en el S.XVI, como si los españoles no fuéramos ciudadanos sino súbditos. Sencillamente yo no creo que en nuestro siglo un rey pueda tener ese tipo de “amistad privada” ni que se pueda pisotear la dignidad de la reina, una señora que ella si que ha sido siempre ejemplar y que no merece ser tratada en ese modo.
La vida de un rey es toda pública. No se pueden tener todos los privilegios y no los deberes de transparencia y de lealtad a la propia familia y a la nación española. Yo me pregunto porque no terminan todas éstas hipocresías, porqué esa dignísima señora no deja el palacio y se va a vivir sola, porque no hay alguien que sugiera al monarca que le ha llegado el tiempo de la jubilación y de la abdicación y en el lote de la abdicación también la separación de una señora como la reina que no merece todo lo que está pasando.
Quizá haya llegado la hora de que acceda al trono su hijo el príncipe Felipe, poco dado a cacerías de elefantes, corridas de toros, “amiguitas privadas”y tonterías varias propias del S.XVI pero no del S.XXI. El mismo rey Juan Carlos le pidió a su padre Don Juan de Borbón que abdicara “por el bien de España” y así poder acceder él mismo al trono. Quizá ha llegado la hora en que su hijo le formule la misma petición. No, un rey no puede tener vida privada ni amistades poco adecuadas.
Fotografía: retrato del rey Enrique VIII
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