LO QUE SE PREGUNTA UN CATÓLICO
Si matar seis millones de personas, para un obispo lefebriano cismático al que apenas el Papa le ha levantado la excomunión,no es pecado...
¿Qué es pecado?
Si ignorar completamente la labor de los Papas Católicos Juan XXIII,Pablo VI y Juan Pablo II, para un señor que se dice obispo católico, aunque hasta ahora excomulgado por Juan Pablo II, es algo para el consentido...
¿Quién ejerce la autoridad en la Iglesia?
Si pasar por alto documentos y decisiones del Concilio Vaticano II e incluso considerarlo un “concilio herético” puede ser la norma de los obispos lefebrianos...
¿Qué es ser católico?
Si se acepta que el racismo y el nazismo son formas de pensar aceptables no digo ya para un obispo sino para un sacerdote o simplemente un católico...
¿Se puede pedir a los católicos que respeten la vida humana?
¿Que no aprueben la eutanasia?
¿Que les parezca mal el aborto?
¿Que la fuerza no es aceptable para resolver conflictos haciendo la guerra?
¿Que la pena de muerte no es condenable?
No. Yo no lo creo.
Como católica siento vergüenza ajena.
Como católica pido perdón a todos aquellos judíos,”nuestros hermanos mayores”como les llamaba aquél gran Papa que fue Juan Pablo II,que se puedan sentir ofendidos por las aberrantes palabras de ese clérigo enloquecido por su soberbia llamado Richard Willianson,neo-obispo católico para desgracia de los católicos.
Pido perdón,y cada católico debiera hacerlo en memoria del enorme esfuerzo que el Papa Juan Pablo II hiciera en esa dirección,en memoria de los tantos niños judíos salvados por Juan XXIII cuando todavía era Nuncio de la Santa Sede en Alemania y Turquía durante la segunda guerra mundial.
Solo el presidente del Irán Almanideyad en su antisemitismo con miras asesinas hacia el pueblo israelita tiene una mente así de retorcida.
Monseñor Gerhard Ludwig Müller,obispo católico de Ratisbona le ha prohibido poner los pies al tal Willianson en las iglesias de las ciudades alemanas considerando las palabras del obispo cismático,o ex-cismático,como “inhumanas” y “sacrílegas”.
Creo que eso deberían hacer todos los obispos.
En éstos días en que todo el mundo civilizado,y también el Papa Benedicto XVI,conmemoran el HOLOCAUSTO de seis millones de seres inocentes asesinados por el régimen ateo de Hitler durante la segunda guerra mundial,en éstos días afirmo y reafirmo que como seguidora de AQUÉL JUDÍO LLAMADO JESÚS, no tengo nada en común con ese “obispo”racista que no creo poder llamar ni cristiano ni católico.
Y como ya el Vaticano ha rechazado esos delirios del tal Willianson y como el mismo Papa ha dicho “que está a la espera de que éstos obispos testimonien con ulteriores pasos necesarios la plena Comunión con la iglesia reconociendo el Magisterio y la Autoridad del Papa y del Concilio Vaticano II”,y aunque el prior de la comunidad se ha excusado,el tal Willianson sigue reiterando su delirio,pues siempre cabe la esperanza de que se queden donde están sin venir a perturbar las conciencias de muchísimos católicos,creo la inmensa mayoría,que sienten angustia ante semejantes personajes como compañeros de camino.
Es verdad que deseamos la Unidad,pero la unidad con quién tengamos algo en común,no una unidad con quién sea y como sea.
Que los lefebrianos se queden donde están así tendrán tiempo de reflexionar.
Si matar seis millones de personas, para un obispo lefebriano cismático al que apenas el Papa le ha levantado la excomunión,no es pecado...
¿Qué es pecado?
Si ignorar completamente la labor de los Papas Católicos Juan XXIII,Pablo VI y Juan Pablo II, para un señor que se dice obispo católico, aunque hasta ahora excomulgado por Juan Pablo II, es algo para el consentido...
¿Quién ejerce la autoridad en la Iglesia?
Si pasar por alto documentos y decisiones del Concilio Vaticano II e incluso considerarlo un “concilio herético” puede ser la norma de los obispos lefebrianos...
¿Qué es ser católico?
Si se acepta que el racismo y el nazismo son formas de pensar aceptables no digo ya para un obispo sino para un sacerdote o simplemente un católico...
¿Se puede pedir a los católicos que respeten la vida humana?
¿Que no aprueben la eutanasia?
¿Que les parezca mal el aborto?
¿Que la fuerza no es aceptable para resolver conflictos haciendo la guerra?
¿Que la pena de muerte no es condenable?
No. Yo no lo creo.
Como católica siento vergüenza ajena.
Como católica pido perdón a todos aquellos judíos,”nuestros hermanos mayores”como les llamaba aquél gran Papa que fue Juan Pablo II,que se puedan sentir ofendidos por las aberrantes palabras de ese clérigo enloquecido por su soberbia llamado Richard Willianson,neo-obispo católico para desgracia de los católicos.
Pido perdón,y cada católico debiera hacerlo en memoria del enorme esfuerzo que el Papa Juan Pablo II hiciera en esa dirección,en memoria de los tantos niños judíos salvados por Juan XXIII cuando todavía era Nuncio de la Santa Sede en Alemania y Turquía durante la segunda guerra mundial.
Solo el presidente del Irán Almanideyad en su antisemitismo con miras asesinas hacia el pueblo israelita tiene una mente así de retorcida.
Monseñor Gerhard Ludwig Müller,obispo católico de Ratisbona le ha prohibido poner los pies al tal Willianson en las iglesias de las ciudades alemanas considerando las palabras del obispo cismático,o ex-cismático,como “inhumanas” y “sacrílegas”.
Creo que eso deberían hacer todos los obispos.
En éstos días en que todo el mundo civilizado,y también el Papa Benedicto XVI,conmemoran el HOLOCAUSTO de seis millones de seres inocentes asesinados por el régimen ateo de Hitler durante la segunda guerra mundial,en éstos días afirmo y reafirmo que como seguidora de AQUÉL JUDÍO LLAMADO JESÚS, no tengo nada en común con ese “obispo”racista que no creo poder llamar ni cristiano ni católico.
Y como ya el Vaticano ha rechazado esos delirios del tal Willianson y como el mismo Papa ha dicho “que está a la espera de que éstos obispos testimonien con ulteriores pasos necesarios la plena Comunión con la iglesia reconociendo el Magisterio y la Autoridad del Papa y del Concilio Vaticano II”,y aunque el prior de la comunidad se ha excusado,el tal Willianson sigue reiterando su delirio,pues siempre cabe la esperanza de que se queden donde están sin venir a perturbar las conciencias de muchísimos católicos,creo la inmensa mayoría,que sienten angustia ante semejantes personajes como compañeros de camino.
Es verdad que deseamos la Unidad,pero la unidad con quién tengamos algo en común,no una unidad con quién sea y como sea.
Que los lefebrianos se queden donde están así tendrán tiempo de reflexionar.