miércoles, 6 de junio de 2012

¿QUIÉN RESCATARÁ A LA PRINCESA ESPAÑA ENCERRADA EN SU TORRE?



-ÉRASE UNA VEZ UN REINO FELIZ AL QUE UN OGRO MALO, UNAS BRUJAS Y UNAS RATAS HABÍAN SECUESTRADO EN UNA TORRE A SU PRINCESA.

Los españoles vivimos continuamente con el suspense acerca quién rescatará a la Princesa España encerrada en lo alto de una torre. En nuestra imaginación vemos a la Princesa España encaramada en una torre rodeada de extraños personajes.
Debajo de la torre hay un Gran Dragón lanzando llamas por la boca que seguramente será la Prima de Riesgo, a la que antes los españoles no teníamos el gusto de conocer pero que ahora ya desde la hora del desayuno está sentada en nuestra mesa y nos acompaña todo el día. Hasta puebla nuestros sueños y pesadillas.
La escalera para subir a la torre no está porque la robaron aquellos muchos consejeros de cajas y entes varios repartidos por todo el REINO. Antes de llevarse la escalera habían chupado la sangre a la Princesa como garrapatas y la pobre está que ya no se tiene en pié. Pobre Princesa triste que llora y llora allá en la torre esperando que un Caballero la venga a RESCATAR.
Por eso el presidente del Gobierno del Reino Mariano Rajoy tiene preparada una ambulancia al pié de la torre en modo de que cuando llegue el RESCATADOR y salve a la princesa, le hagan la respiración artificial antes de llevarla a la UCI donde tendrá que estar inmóvil y con respiración asistida y transfusiones de sangre hasta que pueda recuperarse y dar el beso al PRÍNCIPE RESCATADOR.
Más o menos los españoles tenemos una idea de quienes fueron los ogros, las brujas y las ratas que encerraron a la princesa España en la torre, pero a quines claman para saber mejor nombres y apellidos se les dice que para evitar el deceso de la Princesa es mejor por el momento no indagar demasiado porque unos señores llamados MERCADOS podrían, como decía antes, causar el colapso total de la pobre Princesa.
Los vasallos del Reino se preguntan a sí mismos como es posible el no haberse dado cuenta de lo que estaba pasando con la Princesa.
El caso es que los vasallos vivían muy bien entre fiesta y festejos en su país de cigarras y por lo tanto entre fiesta y fiesta del “todo pagado a todo el mundo”, pues en realidad no se enteraban o no querían enterarse, en realidad el REINO FELIZ estaba endeudado hasta la cuarta generación y se comportaba como si fuera la “última generación de la humanidad”.
Hecho está que un día llegó una HORMIGA GIGANTESCA LLAMADA MERKEL diciendo que había que poner orden en las cuentas del REINO FELIZ.
Es obvio que los vasallos del Reino, súbita y bruscamente despertados por aquella gigantesca HORMIGA, se revolvieron como furias contra ella porque quería poner punto final a la eterna FIESTA.
El ogro, las brujas y las ratas al ver la que se avecinaba abandonaron el REINO y aquí quedaron todos los demás discutiendo de donde se sacaba el dinero para pagar las deudas a la HORMIGA GIGANTE, los bancos en quiebra, las comunidades autónomas, la sanidad, las pensiones y la educación...
Claro, en las arcas del Reino no quedaba vil moneda y esos pesados del FMI, del BCE, de la UE, y demás no parecían poner caras de buenos amigos, por no decir la HORMIGA GIGANTE MERKEL que tenía a la pobre CIGARRA cogida por el cuello y apretaba siempre con más fuerza.
Los pobres y alegres súbditos del Reino en número de cinco millones se habían quedado sin trabajo, no podían pagar la hipoteca, estaban en las filas del paro e iban a comer a CÁRITAS o la CRUZROJA.
Entre tanto los elementos pensantes del Reino discutían sobre a quién pedir ayuda, y lo hacían en el parlamento, en las radios y televisiones y cada uno decía una cosa y nadie tenía ni idea de dónde pedir dinero.
Llegó un momento en que los súbditos ya delgaditos y cansados pedían a gritos !Qué venga un RESCATADOR, que venga ya!
Y no les importaba nada aquello de perder la autonomía y la soberanía y convertirse en un LAND ALEMÁN de la HORMIGA GIGANTE.
Entretanto la Princesa está triste y llora y llora en lo alto de la Torre, el Dragón , la cigarra y la Gran Hormiga siguen discutiendo debajo de la Torre.


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