Éste es un cuaderno de apuntes sobre la vida que nos transcurre delante y donde reflexionar sobre aquellas cosas y temas diversos de la actualidad o de la política que cada día pasan ante nuestros ojos. Cosas que podemos criticar pero en las que poco se puede incidir dada nuestra condición de hormigas. Desde el punto de vista de las hormigas que somos nuestras opiniones no sirven a cambiar las cosas pero un hormiguero muy grande puede mover una montaña. O eso se espera al menos.
miércoles, 30 de mayo de 2012
EL CRUCIFIJO HORNEADO Y LOS DE LA OTRA MEJILLA
-NO ES DE RECIBO CREER QUE LIBERTAD DE EXPRESIÓN ES QUEMAR SÍMBOLOS RELIGIOSOS CRISTIANOS, MUSULMANES O BUDISTAS. CON ELLO SE OFENDE A MILLONES DE PERSONAS CRISTIANAS, MUSULMANAS O BUDISTAS.
-LA ÚNICA NOTORIEDAD DE JAVIER KRAHE, UN DESCONOCIDO Y MEDIOCRE ARTISTA, ES LA HISTORIA DEL CRUCIFIJO HORNEADO. SU OBRA NO ES LA DE UN NOBEL PRECISAMENTE.
-FÁCIL OFENDER A LOS DE “LA OTRA MEJILLA”, OTRO CANTAR SERÍA METER EN EL HORNO UN SÍMBOLO DE OTRAS RELIGIONES MÁS BELICOSAS QUE NO PONDRÍAN PRECISAMENTE LA OTRA MEJILLA.
Entre las cosas absurdas que vemos en los periódicos en éstos días salta a los honores de la crónica la historia del crucifijo horneado en 2004 en directa televisiva de Canal Plus por un tal Javier Krahe, en verdad no muy conocido por la mayor parte del público de éste país a no ser por la historia del crucifijo. Ya Jesús de Polanco, propietario del grupo Prisa lo declaró “persona non grata”.
Actualmente es juzgado por haber sido denunciado por el Centro Jurídico Tomás Moro por haber infringido la ley de la libertad religiosa.
Parece ser que sea un músico o cantante, no se sabe bien, que de niño cursó estudios en el colegio del Pilar de Madrid y que después giró de un lado para otro sin particular gloria. Su notoriedad la alcanzó por la memez, otros dicen acción de cultura, de coger un crucifijo, desmontarlo, lavarlo debajo del grifo, preparar una fuente de hornear, colocarlo sobre un lecho de patatas y meterlo en el horno diciendo que “a los tres días” estaría listo para comer.
Un auténtica obra de arte comparable a las Meninas de Velazquez o a la Maja desnuda de Goya, al menos eso dicen ahora sus seguidores. El tan conocido Krahe ( en su casa a la hora de comer) dice que si será condenado se irá de España, no sé si podrá resistir España la partida de tan insigne artista.
Ciertamente no le saltó a la mente de hacer lo mismo con un ejemplar del Corán porque quizá se acordó de cuanto había aprendido allá en su época de estudiante del colegio del Pilar que los cristianos, aún considerándose ofendidos por actos blasfemos contra la propia religión “pondrían la otra mejilla,” mientras que los seguidores de Mahoma, en caso similar, no iban a poner la otra mejilla sino cortarle directamente la cabeza al autor de la performance por blasfemo, cosa que en los países musulmanes, por si alguien no lo sabe, está castigado con la horca e incluso cualquier “buen creyente” estaría autorizado a través de una fawtua (el derecho a ejecutar la justicia por parte de cualquier creyente) a matarlo en cualquier momento y cualquier ciudad, véase lo que le sucedió al director de cine holandés Theo Van Goth, acuchillado en plena calle en Amsterdam por un musulmán, no por haber blasfemado sino por haber hecho un reportaje crítico sobre el tema de la mujer en los países musulmanes.
Dicho ésto, creo que aunque uno es libre de criticar las religiones y yo misma he criticado la islámica por cuanto se refiere a la lapidación, la horca a los homosexuales o la guerra santa y también he criticado a la religión católica por la inquisición, por los excesos de algunos de sus papas del Renacimiento o por otros motivos de mayor actualidad, lo que nunca haría es atentar contra los símbolos cristianos o del islám o del budismo, no lo haría jamás por no ofender a los millones de cristianos, islamistas o budistas del mundo.
Ni creo que ofender a los símbolos religiosos sea una “libertad de crítica” o una “libertad artística”. Creo,si, que es una ofensa contra la libertad religiosa de los millones de personas cristianas, musulmanas o budistas del mundo. Uno puede o no creer en Dios, como puedo o no creer en la Constitución de los Estados unidos, por decir una, pero creo de no tener “derecho de insulto” a los millones de persobnas que esos símbolos representan.
El problema es que hay quién cree que existe “un derecho de insulto” y lo confunde con la libertad de opinión.
No sé porqué la Academia de Suecia no instaura también el Premio Nobel de la Estupidez. Dados los tiempos que vivimos habría muchos candidatos. El tal Krahe sería el perfecto candidato.
IMAGEN: CRISTO DE SALVADOR DALÍ
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