jueves, 27 de octubre de 2011

LA PRIMAVERA ÁRABE COMIENZA A HELARSE




-LA PRIMAVERA ÁRABE CON EL LINCHAMIENTO DE GADAFI EN LIBIA Y UN PARTIDO RELIGIOSO EN TÚNEZ QUE GANA LAS ELECCIONES Y PROPONE LA LEY ISLÁMICA, LLENA DE SOMBRAS LA SUPUESTA DEMOCRATIZACIÓN DE LOS PAÍSES DEL SUR DEL MEDITERRÁNEO.
Muchas esperanzas se habían abierto en ésta vertiente norte del Mediterráneo, pero no solo aquí, con los acontecimientos del último año que hemos llamado “Primavera Árabe”.
Parecía que en Egipto, Túnez, Libia, Siria, la gente hubiera tomado conciencia de la escasa o nula democracia existente en sus países y hubiera tomado la calle revindicando derechos civiles y políticos.
Denominador común de éstos países a los cuales podemos añadir también Iraq en su momento, era el de tener presidentes totalitarios pero “laicos”. Precisamente el hecho de ésta laicidad, que tenía alejado del poder al integrismo islamista, hacía que los países occidentales mantuvieran buenas relaciones con los diversos líderes políticos de éstas naciones, en modo particular el Egipto de Mubarak se consideraba, dadas sus buenas relaciones con Israel, una garantía para la paz en la zona.
Es inútil que recordemos aquí acontecimientos de los que llevamos hablando mucho tiempo acerca las esperanzas de que la democracia se instaurara en esos lugares, de que triunfara una política nueva de respeto de los derechos humanos y en modo particular de las mujeres, de una mejor distribución de la riqueza en los casos de existencia de riqueza en el subsuelo, pensamos a Libia concretamente.
Lo sucedido después de que los acontecimientos en Libia había llevado a la masacre de inocentes por parte del dictador Gadafi, a la intervención de la OTAN,y a la guerra civil posterior. Los rebeldes, organizados en un Comité gobernante que había obtenido reconocimiento internacional, han tenido un comportamiento, que si bien obedece a la lógica del “ojo por ojo diente por diente” propio de su cultura, ha estado muy lejos de la forma de obrar de los países occidentales que les habían sostenido. Es decir, la captura y linchamiento de Gadafi en vez de su captura y entrega al Tribunal Penal internacional para ser juzgado por crímenes a la humanidad, los muchos cadáveres de gadafistas aparecidos en varios lugares con las manos atadas y el tiro en la nuca, nos hacen temer que la “primavera árabe” esperada esté muriendo antes de nacer, y a éste punto es difícil imaginar donde va a desembocar el nuevo régimen postgadafiano. No creo que los países de la OTAN puedan lavarse las manos y marcharse sin más. Algún organismo internacional sería necesario quedara in situ para ayudar a la población liberada a superar el trauma de la guerra civil para poder encaminarse a lo más parecido a una democracia justa y de respeto de los derechos humanos.
Otro problema se abre en Túnez, país donde se ha votado después de que Ben Alí dejara el poder y marchara para el exilio, y he aquí para sorpresa de todos que ha ganado las elecciones un partido religioso islamista que propone como ley del país la SHARÍA , lo cual significa segregación de la mujer, lapidación por adulterio, pena de muerte por blasfemia y toda una serie de maravillas que han hecho empalidecer a aquellos jóvenes y mujeres que participaron a las grandes manifestaciones que derrocaron al presidente Ben Alí, que por lo menos tenía un sistema laico.
¿Qué sucederá en Egipto? Aún no lo sabemos pero es un hecho que los “Hermanos Musulmanes” tienen gran fuerza en ese país y que Mubarak siempre los había tenido alejados del poder.
Mucho hay que temer que primavera y árabe no sen palabras conciliables aunque muchos teníamos la esperanza de que iba a ser posible.
Veremos. El riesgo cada vez mayor es que nuestros vecinos del sur del Mediterráneo se parezcan cada vez más al Irán, y que la SHARÍA y la GUERRA SANTA se conviertan en una temible realidad en el patio de nuestra casa.




Foto: Rebeldes celebran muerte de Gadafi

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