LA MUERTE COMO DIVERSIÓN. CUANDO NUESTROS IMPUESTOS SIRVEN PARA MATAR

-EL ESPECTÁCULO DE LA MUERTE COMO DIVERSIÓN POPULAR
-EL TORO QUE MÁS GENTE HA MATADO EL MÁS COTIZADO
-CUANDO NUESTROS IMPUESTOS SIRVEN PARA MATAR
Una vez más hemos asistido a unas fiestas locales en Xátiva donde el colmo de la diversión popular ha sido el espectáculo de la muerte dada a un borracho por un toro.
El toro llamado RATÓN ha ya matado a tres personas en fiestas populares y contratarlo para las fiestas es muy caro, es el toro más cotizado.
Cierto, el toro no sabe de ser asesino porque los toros no son responsables de sus actos y su “trabajo2 en la fiesta es el trabajo de los toros,ésto es, embestir.
Irresponsables son los alcaldes de los pueblos que con nuestros impuestos matan a sus ciudadanos.
Uno se pregunta como es posible que en España, país de la Unión Europea en el S.XXI se pueda asistir a espectáculos de los circos romanos en la época de nerón.
Ya son bastante repugnantes para las personas civilizadas todos los espectáculos donde sean protagonistas la sangre, la tortura y la muerte como es el caso de las luchas de gallos, perros, corridas de toros, correbous, toros embolados y achicharrados vivos...
Por desgracia son espectáculos totalmente terzomundistas e indignos de una civilización europea posterior a la Ilustración.
La gente que disfruta en los ruedos viendo la tortura de una anumal vivo, disfruta mucho más cuando el toro mata al torero.
Así se lo puede contar a los amigos. Si el público pudiera seguramente haría como los espectadores del Coliseum y pondrían el dedo hacia abajo para que alguien matara también al torero e irse a casa con el precio de la entrada totalmente amortizado.
Es vergonzoso que en los pueblos españoles los toros sigan matando gente sin que la autoridad haga nada para impedirlo.
Según las estadísticas la mayor parte de los españoles son contrarios a semejantes salvajadas pero los partidos políticos están dominados por las intereses de los taurino así como por el salvajismo rupestre de algunos pueblos celtibéricos cuya cultura se ha quedado en el Imperio romano.
Mucha gente creemos que las “fiestas populares” de todo tipo que ha veces terminan con muertos y centenares de heridos son incompatibles con un estado moderno.