martes, 9 de agosto de 2011

HACIA UNA EUROPA CONFEDERAL PARA SALVAR A EUROPA




-PARA QUE EUROPA SALVE A EUROPA
-CEDAMOS PARTE DE NUESTRA SOBERANÍA PARA UN EUROMINISTERIO ÚNICO ECONÓMICO Y FISCAL
-LA REALIDAD MUNDIAL ENGULLE NUESTRAS ECONOMÍAS
Es tremendo el mes de agosto de vértigo que estamos viviendo en España y en Europa, quizá nunca como ahora estamos viviendo al borde del abismo económico, aunque, todo hay que decirlo, en buena compañía de los estados Unidos.
Parece como si fuéramos objeto de una maldición bíblica, con rayos, relámpagos y truenos que llegan de todas partes.
Quién escribe siempre ha creído en la Europa nacida de las cenizas de la segunda guerra mundial y ha admirado la gran intuición de los padres fundadores de esa idea.
Los que como yo hemos abrazado la idea del federalismo europeo desde hace muchos años, hemos ido viendo como a pequeños pasos aquello que al inicio parecía una utopía iba convirtiéndose en realidad a lo largo de la segunda mitad del siglo XX.
Ha sido un camino con dificultades y un poco a trompicones, más de una vez al borde del abismo Europa ha sido capaz de remontar el vuelo.
La moneda única fue como el partir hacia una gran aventura para la que quizá las naciones que componen Europa no estaban suficientemente preparadas también porque se han añadido, en modo quizá prematuro, los países de este europeo y también porque los países del sur de Europa quizá no estaban a la altura de aquellos del norte de europa.
La nave partió igual a la aventura de la moneda única sin la Gran Bretaña la cual se tuvo prudentemente al margen porque intuía que en algún momento se iba a llegar al “cul du sac”.
El riesgo de la desintegración europea es fuerte y sería una verdadera pena porque los países de Europa separados serían insignificantes delante del coloso económico representado por la China.
Quién escribe abriga la convicción de la necesidad de que Europa salve a Europa renunciando cada nación a una parte de su poder llegando en la práctica a configurar una Europa Confederal en la que la economía y la fiscalidad dependieran de un único superministerio con una única política económica confederal y la deuda se convirtiera en eurodeuda.
Ha llegado el tiempo en que las naciones han sido engullidas por la realidad económica y no deben pensar que yendo a la desbandada se van a salvar.
Solo la unidad puede salvarnos del desastre y la soberanía tendrá un grado más alto y centralizado.

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