martes, 10 de julio de 2012

MIGUEL ÁNGEL BLANCO. A QUINCE AÑOS DE SU VIL ASESINATO


-LO ASESINARON DE RODILLAS, MANIATADO, CON DOS TIROS EN LA NUCA.
-DURANTE ÉSTOS AÑOS SUS SECUACES PROFANARON Y ULTRAJARON SU TUMBA HASTA QUE LOS PADRES TRASLADARON LOS RESTOS A GALICIA.
-NI OLVIDO NI PERDÓN DICEN LOS PROGENITORES. LO MISMO PIENSA LA MAYORÍA DE LA GENTE DE BIEN.

Todos los españoles recordamos lo que estábamos haciendo el día en que los medios comunicaban la aparición del joven Miguel Ángel Blanco asesinado. Era el 10 de julio de 1997.
Personalmente recuerdo que estaba de vacaciones en la costa mediterránea y que por dos días toda la gente normal seguíamos trepidantes aquél caso espantoso del secuestro de un joven concejal de un pueblo de Vizcaya, Ermua, que muchos no conocíamos y que desde entonces no podremos olvidar.
Los dos tiros en la nuca a aquél chico fueron tiros en la nuca a toda la buena gente, a toda esa gente que cada día trabaja y fatiga honradamente para educar a unos hijos, esa buena gente que los ve crecer con ilusión y esperanza y que no puede esperar que un grupo de canallas primero lo secuestre y después le propine dos tiros en la nuca maniatado y arrodillado en el suelo.
Ojalá cada noche de sus malditas vidas sueñen con ello hasta enloquecer.
Todas las madres de España sentimos que esos tiros en la nuca era tiros en nuestra nuca y en la de nuestros hijos.
Malditos asesinos, ojalá sus madres sueñen cada noche de su vida con que alguien les mata a ellos en el mismo vil modo.
Todas las personas de bien, aquél horrendo 10 de julio de 1997 sentimos que la sangre caía por nuestra nuca, regaba nuestras espaldas, manchaba nuestras manos, que nuestras manos llenas de esa sangre inocente enrojecía nuestras caras y se mezclaba con nuestras lágrimas.
Todos los ciudadanos de bien aquél horrible día colgó un lazo negro en su ventana, todo ciudadano de bien corrió a gritar su rabia en las calles.
Todos los ciudadanos de bien tenemos presente la escena del joven arrodillado en el suelo, maniatado y recibiendo dos tiros en la nuca inclinada.
Unos canallas apodados Txapote y Amaia fueron sus asesinos y están condenados por su secuestro y muerte. Imagino que se sentirán muy valientes por su “acto heroico”. Seguramente piensan que van a pasar a la historia de esa “patria” en nombre de la que asesinan.
Pero no será así. Sus nombres acabarán en el basurero de la ignominia de la historia escrita con minúscula, como pequeños Hitlers, Nol Pots, Stalins de hojalata que tienen en común el asesinato masivo en nombre de una hipotética “patria” que ellos imaginan y nosotros también de como sería sanguinaria y horrenda surgida de sus enfermizas mentes.
Sus secuaces no contentos del ignominioso, cobarde y vil acto, han hecho lo que hacen las alimañas cuando pretenden desenterrar restos de animales muertos para comerse los restos.
Durante éstos años han profanado y ultrajado la tumba de Miguel Ángel Blanco hasta el punto de que sus afligidos y asqueados padres se han llevado los restos del hijo mártir a Galicia donde los muertos están a salvo de las alimañas.
Recuerdo que en el juicio por éste asesinato Txapote y Amaia se reían mucho. Se ve que se sienten orgullosos de sus actos.!Qué valientes!
Ahora la banda a la que obedecen pretende que éstas carroñas salgan en libertad, por una paz que querrían firmar con gente que nunca ha estado en guerra, cuya participación en ésta delirante guerra ha sido poner la nuca.
¿Deberían los sufridos contribuyentes de éste país pagar una pensión a éstos asesinos?
Los padres de Miguel Ángel Blanco dicen que ellos ni perdonan ni olvidan. La mayoría de la gente en éste país piensa lo mismo que ellos y los contribuyentes, ya muy cargados de impuestos para pagar sus más elementales necesidades, estoy segura de que prefieren que no se hagan cortes a la sanidad para dar la “paguita” a esos asesinos. Es mejor que se paguen las sillas de ruedas a los ancianos en vez de hacer piscinas olímpicas en las cárceles-hotel para ellos.







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