sábado, 11 de febrero de 2012

BALTASAR GARZÓN O CUANDO EL EGO LLEVA A LA AUTODESTRUCCIÓN




-PENSABA COMO LUIS XIV “EL ESTADO SOY YO”
-USABA MÉTODOS DE LA INQUISICIÓN
-CREÍA COMO EL PRESIDENTE NIXON CON LAS ESCUCHAS ILEGALES DEL WATERGATE DE SER IMPUNE Y TUVO QUE DIMITIR COMO PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS.
-NADIE LE DIJO COMO A LOS EMPERADORES ROMANOS”RECUERDA QUE ERES HUMANO”.
Lo de Garzón ha sido una especie de suicidio que no podía terminar de otro modo en cualquier estado de derecho occidental. Garzón ha sido un juez que parecía de haber estudiado en Unión Soviética antes del 1989. Ha sido un juez de esos que protagonizaban el Archipiélago GULAG de Alexander Solzhenitsyn.
Yo creo que nadie ha quedado sorprendido cuando el juez Baltasar Garzón ha sido condenado por prevaricador y a once años de inhabilitación que es como quién dice a terminar su carrera. Lo raro es que él mismo no se haya dado cuenta de vivir en un estado democrático de la Europa Occidental donde no todo vale.
Todo ello se veía venir desde hace tiempo porque Garzón se había convertido en un “juez-estrella”, que es lo peor que le puede pasar a un juez.
Baltasar Garzón no aplicaba la ley sino que él mismo se consideraba LA LEY como Luis XIV cuando decía EL ESTADO SOY YO.
Impresiona la dureza de términos de la sentencia que en modo unánime han escrito los siete jueces del Tribunal Supremo llamados a juzgarle. Prácticamente ha sido acusado de ser un juez de sistema totalitario, o sea, lo que él decía de combatir, el totalitarismo de derechas o izquierdas, el pinochetismo, el franquismo.
Un juez para el cual el fin justifica los medios, es decir, que ha usado los medios de la SANTA INQUISICIÓN y que ha interpretado la ley a su placer como hacen los jueces castristas de Cuba o los de la China comunista.
Ciertamente su proceder es incompatible con el estado de derecho don
de nunca el fin justifica los medios y donde el secreto entre el acusado y su abogado es algo sagrado. Y además lo ha hecho sabiendo que no se podía hacer, por lo tanto prevaricando.
No sabemos que pasará con el juicio sobre el franquismo. Cierto que resulta curioso para un país que hace 70 años vivió una guerra civil donde se cometiron cosas terribles, ahora se quiera juzgar lo que hizo uno de los bandos, también porque el úbnico superviviente de la carnicería, Santiago Carrillo, vive y podría declarar lo que hizo y ser acusado por el genocidio de Paracuellos del Jarama. Cuan a Garzón se le puso ante bese problema dijo que existía la ley de amnistía y que además los hechos estaban prescritos.
Pues bien, se ve que yo soy muy tonta, o será que he vivido muchos años en el extranjero y no entiendo bien las cosas españolas, pero de verdad me gustaría que un jurista me explicara porque carrillo está amnistiado vivo y Franco muerto no está amnistiado.
En fin, es inútil darle más vueltas al asunto, el juez Garzón se ha autodestruido con sus propias acciones, creía que él era la ley, creía que podía hacer cualquier cosa, creía de ser impune, creía de estar por encima del bien y del mal, jamás pensó que él podría terminar cambiando el rol de acusador a acusado.
Baltasar Garzón es un enfermo de megalomanía. Quizá necesitara ser asistido por un psicoanalista, al igual que los emperadores romanos, cuando eran recibidos en triunfo por sus batallas ganadas, tenían siempre al lado uno que les decía:”Recuerda que eres humano”.
El “caso Garzón” me recuerda mucho al “caso Watergate”. También entonces era difícil pensar que el hombre más poderoso del mundo, el presidente de los estados Unidos Richard Nixón sería acusado por escuchas ilegales del partido adversario. Al principio negó despectivo. Se pensaba un intocable, un poderoso, una persona impune.
Pues bien, también él tuvo que dimitir como presidente de los Estados Unidos.

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