-UNA EUROPA QUE PUEDE ALEJARSE DEL MEDITERRÁNEO
-UN PANORAMA DESOLADOR SI SE HICIERA REALIDAD
Estamos verdaderamente viviendo tiempos convulsos y desconcertantes.
En nuestro país se tiene la sensación de haber retrocedido setenta años y de haber quedado en la ruina como si hubiera acabado una guerra. Alguien decía que la única diferencia es que no hay cascotes por el suelo.
El panorama que tenemos delante es de total desolación e incertidumbre. Ignoramos si podremos retirar las medicinas en las farmacias, si los ayuntamientos podrán pagar la luz, constatamos con indignación que se han construido trenes y aeropuertos inutilizables, dinero público tirado a la basura. Millones de parados, familias que no saben si la semana que viene podrán pagar el supermercado o si tendrán que dormir en la calle.
Inicio de una campaña electoral con imágenes surrealistas porque en ésta desolación dificilmente, gane quién gane, podrá salir del desaguisado, o si podrá salir será con sangre , sudor y lágrimas, por lo cual escuchamos a los candidatos como a seres venidos del planeta Marte.
Tenemos una deuda astronómica, nos sentimos engañados porque quién nos ha gobernado nos ha engañado y nos ha tomado el pelo. Esa deuda la tendrán que pagar nuestros nietos, es posible que los jóvenes de ahora deban comenzar a hacer las maletas, como en los años 50 del siglo pasado, y emigrar a Alemania si quieren tener un trabajo. Los inmigrantes que vinieron a España en tiempo de bonanza económica están a su vez haciendo las maletas para volver a sus países de origen visto que aquí no hay más oportunidades.
No sé si es consuelo pensar que los griegos está peor que nosotros y que a Papandreu le han hecho catorce huelgas generales seguidas ante la propuesta de medidas de austeridad.
No sabemos lo que va a pasar en España cuando el próximo presidente del gobierno elegido el 20 de noviembre deba meter mano dentro de éste amasijo de ruinas para intentar levantar el país.
Posiblemente Rajoy, si será el elegido, no catorce huelgas generales sino muchas más serán las que deba afrontar así como un 15 M enfurecido arrasando las calles y los sindicatos en su contra. Para reconstruir el país deberá afrontar las fatigas de Sísifo, y si lo consigue será después de una decena de años.
Como noticia peor, que ya es decir, peor,la soledad que nos amenaza.
Entre todas las malas noticias quizá la peor sea la incapacidad europea para llegar a embridar el caballo desbocado. A nada están sirviendo todas las reuniones al vértice de la institución ni del G20. Ante el posible precipitar de la situación de los países mediterráneos, los países más ricos del continente no están dispuestos por más tiempo a seguir alimentando el pozo sin fondo, por lo cual tenemos delante un enigma. No sabemos que va a pasar, no sabemos si el euro tiene un porvenir ni tampoco si la Unión Europea podrá sobrevivir sin el euro.
Por lo tanto las cosas están realísticamente así, o los países europeos dan un paso ulterior hacia una unión monetaria real con un superministerio de Economía y Finanzas que imponga unas leyes económicas iguales para todos los países de la Unión que contemple una política fiscal y del trabajo común , con un estado del bienestar básico igual para todos o, si no es así nos hundiremos en el Mediterráneo y la Europa de los países fuertes continuará navegando a lomos de su toro sin nosotros. Un panorama de verdad desolador.
En nuestro país se tiene la sensación de haber retrocedido setenta años y de haber quedado en la ruina como si hubiera acabado una guerra. Alguien decía que la única diferencia es que no hay cascotes por el suelo.
El panorama que tenemos delante es de total desolación e incertidumbre. Ignoramos si podremos retirar las medicinas en las farmacias, si los ayuntamientos podrán pagar la luz, constatamos con indignación que se han construido trenes y aeropuertos inutilizables, dinero público tirado a la basura. Millones de parados, familias que no saben si la semana que viene podrán pagar el supermercado o si tendrán que dormir en la calle.
Inicio de una campaña electoral con imágenes surrealistas porque en ésta desolación dificilmente, gane quién gane, podrá salir del desaguisado, o si podrá salir será con sangre , sudor y lágrimas, por lo cual escuchamos a los candidatos como a seres venidos del planeta Marte.
Tenemos una deuda astronómica, nos sentimos engañados porque quién nos ha gobernado nos ha engañado y nos ha tomado el pelo. Esa deuda la tendrán que pagar nuestros nietos, es posible que los jóvenes de ahora deban comenzar a hacer las maletas, como en los años 50 del siglo pasado, y emigrar a Alemania si quieren tener un trabajo. Los inmigrantes que vinieron a España en tiempo de bonanza económica están a su vez haciendo las maletas para volver a sus países de origen visto que aquí no hay más oportunidades.
No sé si es consuelo pensar que los griegos está peor que nosotros y que a Papandreu le han hecho catorce huelgas generales seguidas ante la propuesta de medidas de austeridad.
No sabemos lo que va a pasar en España cuando el próximo presidente del gobierno elegido el 20 de noviembre deba meter mano dentro de éste amasijo de ruinas para intentar levantar el país.
Posiblemente Rajoy, si será el elegido, no catorce huelgas generales sino muchas más serán las que deba afrontar así como un 15 M enfurecido arrasando las calles y los sindicatos en su contra. Para reconstruir el país deberá afrontar las fatigas de Sísifo, y si lo consigue será después de una decena de años.
Como noticia peor, que ya es decir, peor,la soledad que nos amenaza.
Entre todas las malas noticias quizá la peor sea la incapacidad europea para llegar a embridar el caballo desbocado. A nada están sirviendo todas las reuniones al vértice de la institución ni del G20. Ante el posible precipitar de la situación de los países mediterráneos, los países más ricos del continente no están dispuestos por más tiempo a seguir alimentando el pozo sin fondo, por lo cual tenemos delante un enigma. No sabemos que va a pasar, no sabemos si el euro tiene un porvenir ni tampoco si la Unión Europea podrá sobrevivir sin el euro.
Por lo tanto las cosas están realísticamente así, o los países europeos dan un paso ulterior hacia una unión monetaria real con un superministerio de Economía y Finanzas que imponga unas leyes económicas iguales para todos los países de la Unión que contemple una política fiscal y del trabajo común , con un estado del bienestar básico igual para todos o, si no es así nos hundiremos en el Mediterráneo y la Europa de los países fuertes continuará navegando a lomos de su toro sin nosotros. Un panorama de verdad desolador.
FOTO: "El rapto de Europa" de Carl Milles en Halmstad (Suecia)
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