Como ya se esperaba, el mapa se tiñe del azul de la gaviota. Rajoy ha vencido en todos los frentes. Ciertamente le espera un trabajo arduo para reflotar ese Titanic español que Zapatero ha dejado en el fondo del Atlántico.
En ese sentido es sumamente de buen augurio las palabras de concordia, moderación y mano tendida con las que se ha dirigido al pueblo español el día de su victoria vivida en modo contenido y sin triunfalismos.
Aquí abajo reproduzco la parte de su discurso que más me ha gustado:
“Me dirijo a los que no nos han votado para decirles que estoy plenamente decidido a ser el presidente de todos y a anteponer el interés general a cualquier interés particular. Gobernaré al servicio de España y de los españoles, para que nadie se sienta excluido de la tarea común. Nadie debe sentir inquietud alguna.No tengo más enemigos que la crisis y el paro.”
También he apreciado muchísimo ésta otra parte del discurso:
“No habrá sectarismo ni rencillas artificiales que nos distraigan del esfuerzo común, compartido y equitativamente repartido, un esfuerzo solidario.”
me ha parecido el planteamiento de un verdadero hombre con sentido del estado.
Estábamos cansados del sectarismo, el guerracivilismo, el indoctrinamiento ideológico en las escuelas que recordaba a la época de Franco, el crear odio y trincheras entre los españoles, que en éstos años habíamos vuelto a las aguas turbulentas que precedieron a la guerra civil con el anticlericalismo rancio, la guerra de clases, el antiamericanismo todavía más rancio, la lunática experiencia de la “Alianza de Civilizaciones”, la manipulación no solo de la historia sino también de la justicia, de las televisiones y de los periódicos.
Los españoles se plantaron y dijeron HASTA AQUÍ, no tuvieron miedo de la truculenta y casposa campaña electoral de “Que viene el coco”.
Bueno, pues nada que añadir. La situación es tan dramática que habrá que afrontarla con decisión y muchos sacrificios. Es igual que si hubiéramos terminado una guerra, la diferencia es que no hay cascotes por el suelo.
Le debemos desear buen trabajo y mucha suerte.
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