-LA DIGNIDAD Y EL DOLOR DE UN PUEBLO
-SU SOBRIEDAD Y COMPOSTURA
-SALDRÁN ADELANTE POR SU TENACIDAD
Las espantosas imágenes de la catástrofe hacen daño a nuestros ojos y a nuestra alma. Es indescriptible tanta desolación y tanto dolor.
Esa inmensa ola, auténtica furia de la naturaleza, que barre sin piedad todo lo que encuentra por delante dejando un paisaje que recuerda la destrucción de hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial.
Parece que todas las iras y las furias del universo se hayan desencadenado en ese trozo de la costa japonesa.
Fuera poco, encima el desastre de la central nuclear, como si la pesadilla atómica siguiera a éste desafortunado pueblo.
No se sabe ni que decir ante tanta desgracia.
Cabe señalar la alta civilización de los japoneses, su dignidad en el dolor.
Nadie roba ni saquea, los escasos alimentos y agua se venden al mismo precio, nadie impreca ni clama, solo se ven personas en recogimiento ante sus muertos perdidos en el lugar donde se supone les arrebató la vida la furia de las aguas.
Trabajan afanosamente para buscar alguien con vida o para recoger los restos de quién la perdió.
Se parte el alma viendo a los padres describir como el agua les arrebató de los brazos a sus hijos. Infunde respeto el primer ministro inclinando la cabeza ante la bandera antes de dirigirse a los medios.
Si, los japoneses tienen la peculiaridad de sentirse un pueblo unido ante sus tragedias. Son personas trabajadoras y tenaces.
Saldrán adelante, con dolor, pero adelante.
Estamos con ellos.
¡¡¡Pobres japoneses!!!
ResponderEliminar¡El mundo entero sufre con Japón! estamos con vosotros.
¡Lo siento mucho!
Pilar