sábado, 2 de octubre de 2010

IMPORTANTE POSICIÓN CONTRA LA PENA DE MUERTE DEL PORTAVOZ DEL VATICANO



-NI POR LAPIDACIÓN, NI POR FUSILAMIENTO, NI POR DECAPITACIÓN, NI MEDIANTE LA HORCA, NI ELECTROCUCCIÓN, NI POR INYECCIÓN LETAL.
-ENTRE OTRAS ALGUNAS FRASES DEL PADRE FEDERICO LOMBARDI.
--NO LA QUIERO NI DOLOROSA NI INDOLORA.
-NO LA QUIERO NI EN PÚBLICO NI EN SECRETO.
-NI PARA HOMBRES NI MUJERES, NI PARA ADÚLTERAS, NI PARA HOMOSEXUALES.NI SIQUIERA PARA LOS ASESINOS, NI PARA LOS TRAIDORES NI PARA LOS TIRANOS.
Bueno, puedo decir que después de leer ésta declaración del portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, si no fuera porque ya soy católica en el momento de escribir ésta página de mi Diario, me haría católica después de leer ésta declaración.
Lo haría porque es lo que siempre he pensado sobre la pena de muerte.
Lo haría porque no solo es importante que lo diga el portavoz del Papa y por tanto se supone que esa sea la posición del Papa, sino también porque el modo en el que se expresa es tan claro, tan contundente, tan inequívoco, que no hay nada, ni una coma, que se pueda añadir a ésto.
Hasta ahora la posición sobre éste tema por parte de la Iglesia Católica no era suficientemente clara, por ejemplo la Conferencia episcopal americana si que tenía un documento contra la pena de muerte muy claro y contundente.
En otros documentos de la Iglesia se habla con frecuencia de la defensa de la vida humana desde su inicio hasta su fin natural, por lo cual resultaba clara la posición sobre el aborto y la pena de muerte pero no se hacía referencia a la pena de muerte, por lo cual muchas personas que en todos los frentes estábamos en contra de la pena de muerte nos faltaba ésta pieza del teclado.
Ahora, por lo que me concierne, veo el teclado más completo y más coerente.
Es natural que si uno no quiere que se suprima la vida de un niño en el vientre de su madre, tampoco se puede aceptar que ese niño, convertido en adulto, pueda ir al patíbulo porque lo decide el estado.
El Estado no puede decidir nunca el ajusticiamiento de una persona humana, en primer lugar porque ese es el principal derecho de la persona, el derecho a la vida, en segundo lugar porque, suponiendo que el Estado tuviera tal derecho, que yo personalmente no le reconozco, tampoco podría suprimir a una persona por el riesgo de matar un inocente por error judicial.
Tampoco creo que el estado pueda convertir la supresión de una vida humana incipiente a través del aborto, en un “derecho civil de la mujer”.
Decir que el aborto es un “derecho civil de la mujer” es como decir que “la silla eléctrica es un derecho civil del Estado”.
MATAR ES MATAR, SIEMPRE Y EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA Y EN CUALQUIER PAÍS.
NINGÚN ESTADO PUEDE DISPONER DE NUESTRA VIDA.
NINGÚN ESTADO PUEDE USAR NUESTRO DINERO PARA MATAR.


Fotografía: Detalle del JUICIO FINAL DE MIGUEL ÁNGEL.

CAPILLA SIXTINA.VATICANO

No hay comentarios:

Publicar un comentario