miércoles, 7 de marzo de 2012

8 DE MARZO DE LA MUJER LIBRE DE MACHISTAS Y FEMINISTAS




-PENSEMOS A AFRONTAR MEJOR EL PROBLEMA DE LAS MUJERES ASESINADAS POR SU PAREJA PO NIENDO EN ACCIÓN TODA LA FUERZA DEL ESTADO.
-PENSEMOS A AYUDAR A LAS MUJERES EMBARAZADAS QUE NO SABEN NI COMO TENER NI COMO MANTENER A SU HIJO.NECESITAN SER PROTEGIDAS CON UNA LEY.
-PENSEMOS A LA MUJER EMIGRANTE EN PATERA CON SU BEBÉ, PENSEMOS A LA MUJER REFUGIADA EN CAMPAMENTOS AFRICANOS ENTERRANDO CADA DÍA A SUS HIJOS MUERTOS POR HAMBRUNA.
El día 8 de Marzo, Fiesta Internacional de la Mujer para mi está lleno de significado y de recuerdos, sobre todo de mis años de vida en Italia, país donde esa fiesta es intensamente vivida. Es una historia antigua y digna de ser contada.
Cuando pensamos a la trayectoria de la mujer en la vida moderna podemos hacer una división en tres periodos. El protofeminismo, el feminismo, el posfeminismo.
En otra época, cuando yo tenía algunas responsabilidades políticas, recuerdo cómo y con que minuciosidad preparábamos el Día de la Mujer, sea a nivel institucional, sea a nivel de calle con manifestaciones, pancartas, y flores, tantas flores que toda italia tenía el perfume de la mimosa.
Ya entonces existía una igualdad jurídica y política, así como leyes rigurosas en el ámbito del trabajo femenino, aunque ciertamente cada año había nuevas cosas que proponer. Era la época del feminismo. Entonces se decía “que lo personal era político”.La mujer en la práctica no gozaba de los derechos que tenía en el papel. Había que instalar en la vida lo que estaba escrito y poco más.
Personalmente me considero ligada a aquél periodo ya que no he conocido la sociedad machista de nuestras madres y abuelas, de aquellas valerosas “sufragettes” inglesas que a principios del XX pedían el derecho de voto en Inglaterra, o en ulterior generación ejercían de sufridas amas de casa con poco derecho a opinar al interno de la familia.
Yo me puedo considerar una “feminista de segunda generación”, en cuanto reformista y no radical. Para mí había que transformar el mundo femenino a través de políticas de iguales oportunidades cuando se trataba de ir afinando en las legislaciones y en la cultura cotidiana la afirmación de la dignidad femenina portadora de derechos iguales en las leyes pero no había mujeres, pocas, en los lugares del poder.
Posteriormente, en la generación que me viene detrás, las hijas han obtenido puestos de importancia en el poder y en las profesiones. En Europa y en españa tenemos mujeres jefas de gobierno, de instituciones monetarias internacionales, en el parlamento y en el mundo de las profesiones.
Podemos decir de haber entrado en la época del posfeminismo, aunque tenemos realidades duras de morir y por esas debemos de luchar todavía.
Personalmente he debido afrontar muchas sonrisas irónicas de los hombres, que no por fortuna la discriminación ni la violencia machista, esa que se esconde dentro de muchas familias y que mata. Y que cada día mata más. Eso no se puede tolerar y debemos luchar usando todos los medios del estado y de la sociedad civil para combatirlo. Es una lacra social.
Debo decir que no me siento cercana para nada al “feminismo zapaterista” de las ministras de la portada de VOGUE en el pórtico de la Moncloa, ni al feminismo con sones de flamenco de Bibiana Aido, afortunadamente exportada a Nueva York como “miembra” de una comisión ONU sobre temas de la mujer.
Por eso mismo no me he sentido cómoda con ese “feminismo gramatical” hoy puesto en voga y que justamente la RAE ha denunciado como una especie de degeneración del lenguaje por las Bibianas Aido y Leyres Pajín. No creo a ese tipo de feminismo excluyente en el que la afirmación de los propios derechos deba prevalecer sobre los derechos de los demás ni que se deba reducir a ridículas reformas del lenguaje.
No doy saltos de entusiasmo ni ante la Merkel, ni por Soraya Saéz de Santamaria o Maria Dolores de Cospedal, por citar a algunas, me parecen mujeres que ejercen la política con mentalidad autoritaria y, digamoslo así, machista, sería una especie de “feminismo machista”. Si las socialistas eran “feministas gramaticales de diseño”, las peperas adolecen de ese autoritarismo come-hombres y de “aquí estoy yo.”
Se puede decir que hoy, viendo el panorama me siento una mujer “libre de los condicionamientos machistas y feministas”.
Estoy, creo en el posfeminismo.
La política de la mujer habría que revisarla fuera de los “ismos”. Estamos en el S.XXI.
Creo que una meta importante hoy día para las mujeres deba de ser una política seria a todos los niveles de la vida del estado y la sociedad que sirva para combatir con firmeza esa violencia de los hombres que matan a las mujeres por ser mujeres, que se ha querido llamar con un feo neologismo “violencia de género” y que en realidad es una especie de violencia nazi, porque también los nazis mataban a los judíos porque eran judíos.
También creo que una buena política a favor de los derechos de la mujer no pueda completarse sin la ayuda concreta a las mujeres embarazadas que no saben en que modo pueden tener y mantener a su hijo. Creo que a esa mujer el estado deba dar subsidios (y no a los partidos y sindicatos),y deba proveer de preferencia en el mercado del trabajo y de la casa.
Es decir que el estado no la deje sola y la “ayude” solo proponiendole el derecho a abortar en soledad sino que le proporcione el derecho a no tener que abortar con la ayuda concreta del estado.
También pienso, hoy Día de la Mujer en la ayuda prioritaria que necesitan las mujeres emigrantes que afrontan el mar con su bebé a la espalda para ofrecerle un porvenir mejor en otro país, también difícil, como es España y como no se puede no pensar en la Mujer Refugiada, aquella que con sus niños huye de las muchas guerras del continente africano y se refugia en las tendópolis del ACNUR, y que, como sucede en Somalia, por desgracia tiene que ir enterrando uno a uno a sus pequeños víctimas de la hambruna.
En todas esas mujeres quiero pensar hoy DÍA DE LA FIESTA INTERNACIONAL DE LA MUJER.

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