lunes, 2 de mayo de 2011

OSAMA BIN LADEN CAZADO CUAL ALIMAÑA EN SU MADRIGUERA




-HA TERMINADO COMO ALIMAÑA EN SU MADRIGUERA
-UN CRIMINAL PLURIASESINO CON PRETEXTOS RELIGIOSOS
-CUANDO VIMOS CAER LAS TORRES GEMELAS NOS DIMOS CUENTA DE QUE HABÍA EMPEZADO LA TERCERA GUERRA MUNDIAL.
Hace diez años asesinó a millares de personas que estaban en su trabajo y no le habían hecho nada.
Asistimos en todo el mundo aterrados en directa televisiva al crimen de masa más abyecto cometido contra ciudadanos inocentes en tiempos de paz.
Mientras veíamos a la gente tirarse por las ventanas y derribarse las torres gemelas nos dimos cuenta de que había empezado la tercera guerra mundial.
Era una guerra que ni queríamos ni habíamos declarado a nadie.
Ni siquiera sabíamos de ser “infieles” odiosos a Alá.
Los millares de personas que murieron asesinadas fueron ofrecidas en sacrificio ritual a un dios que ni siquiera muchos conocían.
Había ya quién como Samuel Huntington había predicho en su obra El Choque de las Civilizaciones, que terminada la Guerra Fría entre los dos bloques contrapuestos el mundo no vería la ansiada paz sino que se desangraría en lo queél llamaba la civilización occidental y aquella del islamismo radical de no confundir con la religión islámica vivida por los ciudadanos normales del Islam.
Pues bien, Osama Bin Laden, creyéndose una especie de nuevo profeta declaró en forma unilateral la guerra a la civilización occidental, y lo hizo disparando directamente al corazón, ésto es, en el mismísimo centro neurálgico de Nueva York, así como al Pentágono y en modo fallido al Capitolio.
Éste vil atentado no fue ni menos vil ni menos cobarde que el de la aviación japonesa contra Pearl Harbour en diciembre de 1941.
Desgraciadamente hay que reconocer que Huntington, aunque muy criticado, tenía muchísima razón. Otros “infieles” tuvieron que morir en los trenes de Madrid o en el metro de Londres por el simple hecho de ser “infieles2 pertenecientes a la civilización occidental, también ellos muertos en una “guerra santa” que ni habían declarado ni querían.
El organizador de éstas masacres, la alimaña Bin Laden durante diez años después de continuar a tirar piedras ha seguido siempre con la mano escondida, pero no en una incómoda cueva de las inaccesibles montañas del Afganistán, sino en una lujosa mansión de Islamabad.
Por otra parte la alimaña pertenece a una multimillonaria familia saudita y pasaba los veranos en Marbella, por lo cual era claro que no luchaba ni por los desheredados de la tierra ni por ninguna religión siendo nada más que un pluriasesino ególatra, es decir, que había llegado a la convicción de ser él mismo un dios, con derecho de vida y muerte de los “infieles” occidentales.
Por lo tanto quizá debamos pensar de cuán inútil ha sido la guerra del Afganistán, que lo lógico no era organizar una guerra convencional sino haber empezado por el final, o sea enviando espías que buscaran a Bin Laden y comandos que lo pudieran capturar como han hecho y eliminarlo cual la alimaña de lujo que es en su palacio.
No nos hagamos ilusiones, en éstos diez años la fiera ha hecho mucho proselitismo y nos podemos esperar muchos mas sacrificios de masa en las aras de cualquier dios que algún loco ególatra quiera invocar.
Lo cual es vivir una guerra ni querida ni buscada sea por parte de los occidentales sea por parte de los ciudadanos de fe islámica que no han declarado ninguna guerra santa al mundo mundial.
Nos felicitamos con el Presidente de los Estados Unidos Barack Obama por haber puesto el certero punto final al menos con la caza y captura de la bestia feroz en su madriguera. Los familiares de los asesinados sentirán que se ha hecho justicia.

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