lunes, 20 de julio de 2009

CONTEMPLANDO EL MEDITERRÁNEO




-LO QUE VEO FUERA DE MI. AZUL,VERDE ,BLANCO.
-LO QUE VEO DENTRO DE MI. AZUL,VERDE, BLANCO.
Cambia el escenario.
De los blanquirojos San Fermines de Navarra al mar rabiosamente azul del Mediterráneo de la casa familiar veraniega catalana.
Cristaleras todo en torno a la edificación circular,las gaviotas que pasan ante nuestros ojos raudas como rayos y las golondrinas que los días lluviosos se refugian en fila india en los rieles de los toldos.
Día:mar azul,pineda verde,velas y gaviotas blancas.
Noche:luna llena que convierte en lámina de plata el mar frente a la casa. Un crucero iluminado que pasa lleno de luces por delante.
Fuera:un paisaje hermoso.
Dentro: ¿Quién soy yo ahora, en éste mismo instante,en éste mínimo segundo? ¿Quién soy yo aquí y ahora?
Mismo lugar,muchos años,uno detrás de otro. Sencilla pregunta de difícil respuesta.
Los recuerdos traen a mi mente éstos paisajes como un mar de pinares frente a un mar de agua. Pocos edificios, mientras hoy veo el mar de agua y los pinos a mancha de leopardo entre los edificios.
!Qué horror!
Pocos sitios del mundo han sido tan cruelmente heridos como la costa del Mediterráneo en su parte española.
Los seres humanos,comportándonos como la marabunta hemos construido nuestros hormigueros arrancando sin piedad millones de árboles y en las heridas sangrantes que íbamos dejando hemos introducido sin piedad cemento y cemento.
Luego,a ésta metástasis de la naturaleza hemos añadido turismo de masa, música estridente,masas de jóvenes y menos jóvenes borrachos, colillas, botellas, latas y suciedad de todo tipo por doquier.
La herida de la Tierra es siempre más profunda.
Pero comenzaba el razonamiento diciendo “mirando dentro”. Luego me he perdido en elucubraciones. Intento volver atrás.
¿A parte de ésta tierra herida que veo “dentro”de mi en mi “yo íntimo”?
Pues bien,me pasa igual,veo ese mar azul resplandeciente,pero con tanto cemento también interior a mi misma. Cemento del alma o alma cementificada que es lo mismo.
Años atrás había una joven ilusionada,con esperanza de contribuir a cambiar en algo el mundo,con la presunción de que mi generación era diferente. Y sin embargo...cuantas batallas perdidas o nunca comenzadas,cuánto cinismo que se va apoderando de ti,cuánta rabia y rencor,cuánta indiferencia,cuánta mentira,cuánta ceguera.
Si vas quitando pieles a la cebolla y llegas al núcleo...¿Qué queda?
Quedan quizá esos ojos de niña que no han cambiado con la edad adulta. Queda el mirar aún con maravilla aquello que se descubre. Mirar el mundo con la mirada maravillada de la niña que fue. Queda mi capacidad de amar aunque diferentemente a como amaba antes. Los de ahora son afectos muy selectivos,un circuito cerrado,donde,debo reconocer,caben pocosAntes mi mundo afectivo era expresivo, ahora mi mundo afectivo es introvertido. Guardado bajo siete llaves,quizá porque quiero impedir que también ese mundo se petrifique, se cementifique, se haga otra metástasis como la del mundo exterior.
Ese corazón de niña en cuerpo de mujer tiene miedo a las heridas, al cemento. Entierra su mundo interior como el perro entierra su hueso.
En definitiva, el “dentro” queda “dentro”.
Así el dentro se parece mucho al fuera. Con lo bueno y lo malo.
Azul es la felicidad de recibir amor de los que quiero,azul como el mar.
Verde es la esperanza de que no se destruya todo,verde como los pinos.
Blanco es el amor en si mismo ,el amor que devuelvo a los que me quieren,blanco como las gaviotas,las velas de las embarcaciones,blanco y transparente como la luz misma.
Pues eso pienso mientras contemplo el Mediterráneo.

3 comentarios:

  1. Ah... esa niña que está siempre ahí:
    libre y espontánea,
    esa eres tú.
    No estás hecha de ladrillo, ni de cemento, ni siquiera de adobe, y menos de hojas de palma.
    Eres la misma niña que has sido y que serás, eso no cambia:
    directa, valiente, y con una sabiduría que no surge del conocimiento, sino de la experiencia directa.
    Que envidia estar con los seres queridos, entre edificios, árboles, con la luna, el cielo, y las gaviotas.
    Mucho cariño desde un piso con vecinos en frente, con árboles, cielo y tres patos que vuelan hacia el lago artificial.
    Marcela

    ResponderEliminar
  2. ¨Quien soy yo?. Esta trascendente interrogante que se abre paso, sin proponermelo, en la espesura de mis pensamientos, me lleva a detenerme y volcar toda la atención, de que soy capaz en este momento, en ese interior que está pidiendo ser atendido y que desea prestarme sus ojos, semejantes a los una niña, para poder ver la realidad del universo tal cual es

    ResponderEliminar
  3. Ese interior está siempre más sintiendo el malestar del vivir,y los ojos de niña se maravillan y se horrorizan a la vez.Esa es la vida y poco se puede hacer.De todas formas nada hay que consuele tanto como tener los maravillosos amigos que yo tengo la suerte de tener cerca.

    ResponderEliminar