-EL AMOR QUE
ABRAZA.
-”NO ME
DIJO NADA, PERO YO SENTÍ SU AMOR. DURÓ POCO MÁS QUE UN MINUTO,
PERO A MI ME PARECIÓ UNA ETERNIDAD. FUE COMO ESTAR EN EL PARAÍSO.”
Cuando uno
imagina a Jesús de Nazaret , lo imagina en medio de una gran
multitud de hombres y mujeres que corren a escuchar sus palabras tan
nuevas, tan llenas de amor, a veces tan misteriosas.
Al día de
hoy es complicado salir de la imagen de Jesús de Nazaret que nos ha
sido trasmitida a través de los textos, de la Iglesia, o del arte y
el cine. Es difícil prescindir de esa imagen un poco estereotipada
que nuestra cultura ha ya formado y fijado dentro de nuestra mente.
Pero
repentinamente ha habido una imagen que de golpe nos ha llevado a
Jesús de Nazaret tal y como debía ser en los polvorientos caminos
de su vida terrenal.
Esa imagen
ha sido un abrazo.
Un abrazo en
el que el abrazado ha sentido “de estar en el Paraíso”.
Pero más
que nunca, en ese momento que hemos visto al Papa Francisco que se ha
parado ante un enfermo gravemente desfigurado, Vinicio Riva, un
italiano de Vicenza, presente en la Plaza de san Pedro y lo ha
abrazado y besado y retenido entre sus brazos y ha habido un latir
simultaneo de esos dos corazones, ese hombre, Vinicio, se ha sentido
envuelto totalmente en el AMOR, ese amor incondicional con el que
Jesús abrazó a la humanidad.
Esa imagen
ha dado la vuelta al mundo a través de la aldea global de internet y
nos ha emocionado a todos.
Todos, como
Vinicio, sintiendo latir el corazón de francisco junto al nuestro
hemos sentido ese AMOR INCONDICIONAL de Jesús de Nazaret.
No hay comentarios:
Publicar un comentario