sábado, 16 de marzo de 2013

FRANCISCO PAPA, LA IGLESIA QUE ABRAZA

 
-Y DEL BALCÓN DE SAN PEDRO HA SALIDO FRANCISCO, ELEGIDO PAPA, Y ARRODILLÁNDOSE HA PEDIDO LA BENDICIÓN DE DIOS Y LUEGO ALZÁNDOSE HA ABRAZADO AL MUNDO.
-FRANCISCO EN SU ABRAZO HA COMPRENDIDO A TODOS Y A QUIÉN HA ABRAZADO CON MÁS FUERZA ES A LOS POBRES.
Quién escribe ésta reflexión, desde hace tiempo, percibe el mundo en el que vivimos hoy como una sociedad en estado ruinoso y hediondo donde parece que nuestras certezas que hasta ahora no poníamos en duda se van viniendo abajo como una ciudad construida en adobe bajo una fuerte lluvia.
No creo de ser la sola que vive ésta época como el final de algo, como un cambio de ciclo, como si sobre nosotros se cerniera una amenaza peor que los misiles de la Guerra Fría y su doctrina de MAD (Mutua Destrucción Asegurada).
Eran otros tiempos. Ya no existen aquellos dos bloques construidos tras la Segunda Guerra Mundial por las superpotencias y tras la caída del Muro de Berlín, la prosperidad de los países europeos y la misma construcción europea y la sociedad del bienestar parecía que nuestra vida iría mejorando, que las próximas generaciones vivirían mejor que nosotros, que la prosperidad iría abriéndose camino en otras zonas del mundo y que la paz coronaría el esfuerzo común.
Pero así no ha sido. Una gran crisis económica, política y social está matando a Europa y la está hundiendo en la desesperación y la miseria. Personajes indecentes y corruptos se han instalado al vértice del sistema de vida occidental , países árabes cercanos a Europa se agitan y entran en guerras civiles, de Asia vienen amenazas nucleares. El miedo al futuro ha entrado a hacer parte de la civilización occidental.
Incluso la Iglesia Católica, percibida por muchos como una roca resistente a todas las vicisitudes de veinte siglos, ha comenzado a tambalearse sacudida por los escándalos ocultados por la jerarquía de la pederastia actuada por parte de algunos miembros del clero en diversos países durante la segunda mitad del S.XX, y el así llamado escándalo vatileaks.
Aunque el Papa emérito Benedicto XVI ha combatido con fuerza y coraje éstos dos terribles asuntos, se ha sentido talmente probado en su salud que ha decidido libremente renunciar al pontificado para abrir camino a un sucesor con mayor fuerza vital para sujetar a su iglesia.
El Papa emérito Benedicto con su gesto ha hecho algo revolucionario en la historia de la Iglesia y que aquellos que somos católicos le debemos agradecer. Ha antepuesto el interés de la Institución al propio y posiblemente ha evitado que se resquebrajara más incluso que se hundiera según las profecías de Malaquías de las que tanto hemos sentido hablar en éstos días.
Contrariamente a todos los pronósticos de ilustres vaticanistas, un hombre completamente inesperado ha tomado el timón de la barca de Pedro y católicos y no católicos nos hemos quedado mirándole con asombro.
Y del balcón de san Pedro ha salido Francisco, elegido papa, y arrodillándose ha pedido la bendición de Dios y después, alzándose ha abrazado al mundo.
Francisco en su abrazo ha comprendido a todos y en modo especial a los pobres.
Ese abrazo ha sido como si hubiera recitado el evangélico Sermón de la Montaña.
Y sintiéndonos abrazados de ese modo los católicos, pero yo creo que también los no católicos, han sentido, nos hemos sentido, como si Dios nos tomara de la mano en medio a toda ésta destrucción, incerteza, corrupción, desesperanza.
Si, creo que el papa nuevo Francisco nos ha traído esperanza, cercanía, amor.
Que su amorosa obra fructifique y Dios le otorgue larga vida y las fuerzas necesarias para enderezar lo que se ha torcido y para hacer navegar la barca de Pedro entre las tormentas y olas agitadas del S.XXI.


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