- UNA VISIÓN PROFÉTICA Y NECESARIA PARA NUESTRO HOY.
He esperado varios días para escribir unas letras en éste mi Diario personal sobre una persona hacia la que siempre he sentido gran admiración, me refiero al recién fallecido CARDENAL CARLO MARIA MARTINI, por muchos años obispo de Milán, la diócesis más grande de Europa, persona muy amada por sus feligreses. Más de 200.000 personas pasaron por su capilla ardiente en la que fue su ciudad y miles asistieron a su funeral para testimoniarle su cariño y respeto.
Me considero, aunque no asistí personalmente, una de entre esas miles de personas que fueron a saludarle.
He siempre sentido profundo respeto por el Cardenal Martini y seguido con atención su pensamiento, como por otra parte soy atenta lectora del Papa Ratzinger. Dos grandes intelectuales.
Vuelvo a lo que decía sobre el Cardenal Martini.
Ante todo no se puede no remarcar que raramente se encuentran obispos tan amados y seguidos por su feligresía.
Mucho se ha escrito sobre la vida y la obra del Cardenal Martini y ríos de tinta han corrido siempre sobre su pensamiento, a veces a despropósito.
No concuerdo para nada con quién lo califica como un anti-papa, pienso más bien que en el archipiélago que es la iglesia hoy día, donde conviven diversos matices, Carlo María Martini era una LUZ BRILLANTE .
Me encuentra concorde la definición dada por el director de CIVILTÁ CATÓLICA, Antonio Spadaro cuando dice que fue un hombre LIBRE de no confundir con LIBERAL, término del que han abusado los periodistas, una persona profundamente humana, abierta, caritativa “siempre intentó abrazar al hombre completo y a todos los hombres”-dice Spataro-quizá ésta definición es la que más me gusta de todas porque imagino a Jesus de Nazaret “abrazando al hombre completo y a todos los hombres”, así me parece a mi que deba ser siempre la Iglesia, a veces lo consigue, a veces no, pero creo que el hombre moderno en éste desierto por el que camina y que a su vez lleva dentro otro desierto-palabras del Papa Ratzinger-necesita ese abrazo y no siempre encuentra esos brazos abiertos que espera.
Ese “abrazar al hombre completo y a todos los hombres” creo que sintetiza lo que fue la figura del Cardenal Martini, que en su abrazo comprendió a creyentes y no creyentes, a hombres y mujeres con toda su carga de dramas y problemas.
En ésta su apertura al diálogo caritativo de todo y para con todos, a veces no encontró comprensión en ciertos sectores de la Iglesia, por eso se dice de él que era un cardenal “controvertido”.
Pero me pregunto ¿Quién más controvertido que el mismo Jesús de Nazaret?, en realidad fue criticado por los sacerdotes de su tiempo, fue acusado de blasfemia, fue condenado a muerte por blasfemo, fue maldecido por los sacerdotes del Templo.
Y de esa INMENSA CONTROVERSIA nació el cristianismo, que era nuevo y diverso, que no anulaba pero si innovaba las Escrituras (...pero yo os digo).
Por otra parte el cristianismo y la misma Iglesia católica han ido evolucionando con el pasar del tiempo aunque a veces la barca de Pedro se haya quedado arenada y haya vivido, en la época del poder temporal, fases oscuras. La Iglesia a lo largo de la historia ha cometido errores por los que el Papa Juan Pablo II ha pedido perdón, y también ha intentado ponerse al día con el “aggiornamento” que se proponía Juan XXIII con el Concilio Vaticano II, sobre el que existen tantas opiniones y divergencias todavía hoy al interno de la Iglesia.
Es notorio que el Cardenal Martini no estaba de acuerdo en todos los aspectos, por ejemplo de la Encíclica HUMANAE VITAE, ni de la llamada moral sexual católica, por otra parte materia, ésta si muy controvertida y por otra parte poco obedecida por el mundo católico en general.
Es posible que en éstos temas sea necesario una nueva reflexión de la Iglesia en su sede apropiada (¿Un Vaticano bis?), porque la Iglesia no puede ignorar el hecho de que las iglesias están siempre más vacías de fieles y que cada vez son menos los que siguen su enseñanza en ésta materia.
Mucho ha cambiado el mundo desde que se convocó el Concilio Vaticano II y éste se cerró sin decisiones muy concretas en diversas materias que quizá no fueron lo suficientemente profundizadas ahondando la quiebra entre la iglesia y la sociedad moderna.
Me encuentro muy de acuerdo cuando Antonio Spadaro define al Cardenal Martini como un hombre con “VISIÓN PROFÉTICA”.
Él, como experto que era en estudios bíblicos, quizá tenía efectivamente esa “visión profética” con respecto a los problemas que el mundo moderno y la sociedad futura se colocaban frente la Iglesia.
Jesús de Nazaret fue un “moderno” en su contexto de vida terrenal y quizá ese espíritu de navegar en la modernidad, en lo que es contemporáneo, es lo que Carlo Maria Martini proponía en su pensamiento.
Aunque esa luz brillante se ha apagado, creo que pueda seguir iluminando a todos en los actuales momentos difíciles.
DESCANSE EN PAZ.
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