Cada año nos indignamos ante la indignidad y la incivilización que en nombre de la tradición se comete España, país por desgracia en los últimos escalones de la civilización por cuanto respecta al trato que se da a los animales y que están prohibidos en esa realidad europea de la que hacemos parte.
Éste año ha tenido valor simbólico. El toro ha caído asesinado por sus viles perseguidores con alevosía y cuando en teoría estaba ya fuera del lugar donde estaba permitida la salvajada.
Al mismo modo, que España, país con forma de piel de toro está hundiéndose sin remedio mientras, igual que el toro Violante, es acribillada por los mercados y por los mismos especuladores, despilfarradores y sinvergüenzas que se anidan en la administración pública.
Mientras España es un país que gasta más que otros países europeos en educación, está en mínimos en cuanto a resultados y sus jóvenes ni siguen estudiando ni encuentran trabajo.
Ciertamente viendo a esos energúmenos de Tordesillas y el ensañamiento con que persiguen 40.000 personas armadas con lanzas a un pobre animal asustado, te das cuenta de que a esos energúmenos de poco les ha servido la educación y que viven en la total incivilización.
No es extraño pues que desde Europa haya perplejidades sobre si un país así, FIESTA, SIESTA Y TORTILLA, pueda ser capaz de vivir normalmente y pagar sus deudas.
Es una pena que los gobernantes de éste país no comprendan la mala imagen de España con éstos festejos que dan la vuelta al mundo y dejan aterrorizados a los seres normales.
FOTO:Violante el toro asesinado en Tordesillas en 2012
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