miércoles, 3 de agosto de 2016

EL PAPA FRANCISCO Y EL TERRORISMO: DIOS Y CÉSAR.


-EL EVANGELIO NOS DICE DE “AMAR A LOS ENEMIGOS” RECONOCIENDO QUE EXISTEN LOS ENEMIGOS.
-PERO TAMBIÉN DICE “DAD A DIOS LO QUE ES DE DIOS Y A CÉSAR LO QUE ES DE CÉSAR”.
Somos muchos los cristianos que estamos perplejos ante la posición expresada por el papa Francisco acerca el tema del islam y el terrorismo islámico.
Al inicio la cosa parecía estar más clara. El papa Francisco decía que estábamos ante la Tercera Guerra Mundial a pedazos iniciada con el derribo de las Torres gemelas.
Posteriormente y ante la masacre continuada por parte del ISIS en Siria, libia e Iraq al punto de diezmar la población cristiana de esos lugares, el papa Francisco lamentaba-creo con razón-la indiferencia del mundo ante este problema y pedía a los gobiernos de hacer algo para parar estas masacres.
Estamos viviendo por lo tanto momentos trágicos en esta nueva Guerra Mundial que nosotros no hemos declarado. Occidente, desde el atentado de las Torres Gemelas de Nueva York, los trenes de Atocha en Madrid, los atentados espantosos en Bélgica, en Francia en París y Niza, el asesinato de un párroco anciano en Francia, Jacques Hamel, mientras oficiaba misa se siente impotente para afrontar esta situación.
La población musulmana ha aumentado mucho en Europa, así como hay una inmigración procedente de otras latitudes, especialmente de América Latina.
Se nos dice que la población musulmana instalada particularmente en Francia, Alemania y Bélgica, ya de segunda generación no se siente integrada y por ese motivo se siente atraída ante los cantos de sirena del ISIS para combatir la yihad o guerra santa, o sea los infieles que pueden ser también los ateos y gente de otras religiones, aunque su mayor odio va dirigido a los cristianos.
Este razonamiento es poco convincente porque también otros inmigrantes del Perú, Ecuador, República Dominicana, etc... no se han hecho ricos y no por eso han creado grupos terroristas.
Claramente los que cortan el cuello al infiel, o se convierten en bombas humanas, o con un camión aplastan personas o con un avión derriban un rascacielos, lo hacen al grito de ALÁ ES GRANDE y no en nombre de Buda o Lutero o Francisco.
Ante esta constatación, que no es una suposición sino una realidad, el papa Francisco dice que el islam es una religión de paz y que debemos considerar a los musulmanes nuestros “hermanos” y que no estamos ante una guerra de religión.
Le podemos decir al papa que nosotros no le hemos declarado la guerra a los musulmanes ni a los budistas ni a los luteranos, pero que nos parecería justo ser tratados al mismo modo que nosotros les tratamos a ellos.
Podemos comprender que el papa Francisco en su posición quiera hacer evidente el mandato evangélico de AMAR A LOS ENEMIGOS, pero claro, si el Evangelio dice que hay que amar a los ENEMIGOS es que te está diciendo que existen los ENEMIGOS.
Pero los cristianos, agnósticos, ateos o gente de todas las creencias somos CIUDADANOS de nuestros países y a nuestros gobiernos que representan a César, pedimos que nos defiendan de estos enemigos que han decidido declararnos la guerra.
DAD A DIOS LO QUE ES DE DIOS Y A CÉSAR LO QUE ES DE CÉSAR.



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