lunes, 28 de diciembre de 2015

PEDIMOS A 2016 QUE NINGÚN AYLÁN MÁS DEBA MORIR


 

-EL AÑO 2015 SERÁ RECORDADO COMO UN AÑO TRÁGICO

-LA GUERRA DE SIRIA Y LA CRISIS DE LOS REFUGIADOS SON UN HOLOCAUSTO MODERNO
Creo que podemos decir sin miedo a equivocarnos que el año que dejamos atrás ha sido nefasto y trágico y que nuestra memoria histórica debe ir hasta mediados del S.XX para ver imagines tan tremendas.Debemos volver con la memoria a las dos guerras mundiales que asolaron Europa en el pasado siglo para algo semejante. Si bien podemos decir que la Segunda Guerra Mundial fue la prosecución de la primera, quizá también hoy podamos decir que el escenario internacional plagado de conflictos es herencia del final de una Guerra Fría acabada con la insatisfacción de una de las partes, la soviética que sigue buscando un mayor prestigio en el mundo y el resurgir de un fanatismo de la época medieval que se ha inserido en el conflicto como si se tratara del juego de las muñecas rusas.
Es lo que el papa Francisco llama la Tercera Guerra Mundial a pedazos por la cual grupos fanático que se denominan Al Qaeda o Estado Islámico, quieren resucitar un Califato del S.VIII en EL S. XXI.
Lo más trágico de ésta guerra terrorista que tiene su epicentro en Siria, Libia e Iraq, es que viendo los intereses de las superpotencias enfrentados entre los que disputan esa guerra y que muy concretamente Rusia sostiene un aliado estratégico de la zona, el presidente sirio Assad, mientras los aliados están en contra, no hay modo de encontrar una alianza en el ámbito de la ONU que ponga fin a esa guerra con tropas terrestres.
Los terroristas del estado Islámico cuentan con aliados ocultos “respetables” en algunos países musulmanes que les facilitan armas y compran petróleo y así son ya cuatro años de una población civil masacrada y aterrorizada que escapa del lugar.
Hay entre ellos cristianos, jadíes, escitas, que, no aceptando el islam sunnita radical, son martirizados, asesinados u obligados a escapar con lo puesto a los países del entorno.
Más de un millón de muertos está costando ésta guerra y más puede costar, seis millones son los refugiados que están huyendo de la zona, o bien desde Libia, o bien desde Turquía, unos y otros con frágiles embarcaciones organizadas por las mafias de seres humanos.
Familias enteras con los maltrechos abuelos y los niños pequeños a cuestas que afrontan las gélidas aguas del Mediterráneo, y una vez llegados, los que logran llegar, porque hay una proporción por desgracia muy alta de ahogados, sobre todos inocentes niños pequeños que llegan a las playas como pequeños muñecos rotos.
La imagen del pequeño Aylan Kurdi se ha convertido en el ICONO de ésta gran tragedia.
Los sobrevivientes a la trágica travesía deben afrontar el cruzar Europa para encontrar algún país que les de asilo.
Esas dramáticas filas de gente con sus hijos, abuelos, maletas, zapatos rotos en el camino, atraviesan una Europa gélida en invernal sin lograr encontrar acogida.
Ni la ONU, ni la Unión Europea están dando una respuesta real al drama.
Quizá porque la única respuesta lógica sería terminar con la guerra de siria mandando sobre el terreno y liberándolo de los criminales para que los prófugos puedan volver a sus países. Después ciertamente los países desarrollados deberían constituir un PLAN SIRIA que como el famoso PLAN MARSHALL ayude a la reconstrucción. Cierto, el presidente ruso Putin debería disolver el nudo político del presidente Assad ofreciéndole asilo en Rusia y facilitando el diálogo entre las partes para constituir gobiernos legales en Siria, libia e Iraq.
Despedimos pues éste mal año 2015 con la imagen de Aylan clavada en nuestros corazones como representante de todos los niños víctimas de esa horrible guerra.
Pedimos a los líderes mundiales que se pongan de acuerdo en la ONU para acabar esa guerra cruel.
Los que somos creyentes pedimos a Dios que ayude para favorecer que esto suceda.

 



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