sábado, 15 de enero de 2011

JUAN PABLO II UN LÍDER ESPIRITUAL Y MORAL PARA LA HISTORIA



-ÉSTE 1 DE MAYO LA IGLESIA CATÓLICA LE PROCLAMARÁ BEATO.
-PERO JUAN PABLO II ES TAMBIÉN UN PERSONAJE HISTÓRICO.
-EN SU ITINERAR POR EL MUNDO ABRAZÓ A LA ENTERA HUMANIDAD.
Pocas personas son las que dejarán una huella histórica tan importante como el Papa Juan Pablo II. Desde luego va a ser recordado como un líder mundial que ha tenido la fuerza de cambiar el curso de la Historia.
Eso se hizo evidente con motivo de sus funerales al que asistieron todos los líderes políticos mundiales además de una multitud de personas como la que jamás la ciudad de Roma había visto.
Juan Pablo II tenía unas excepcionales cualidades personales y humanas dadas por su carácter pero también por el cúmulo de dificultades por las que tuvo que pasar en su adolescencia y juventud.
Es nada pensar no solo al hecho de que había sido estudiante, actor en su época universitaria, obrero en la empresa Solvay, y después seminarista en una época donde los que mandaban en su país invadido y pisoteado era un régimen como el nazi, y que él, junto a otros universitarios, hicieron parte de la resistencia civil contra ese régimen odioso, y no solo, que una vez terminada la segunda guerra mundial, toda su vida de joven eclesiástico la tuvo que ejercer bajo el segundo invasor de Polonia, el régimen comunista.
Hay que decir que nunca se arredró ante ellos y que como obispo y cardenal, junto a sus fieles tuvo firmes sus ideas e iniciativas, por lo que los obreros vieron en su persona siempre un pu to de referencia.
Creo que a nadie le quepa duda del rol determinante de Juan Pablo II en derrumbar aquél gigante de barro que parecía invencible, el comunismo de la Unión Soviética y sus países aliados, no por nada hubo un complot de los servicios secretos búlgaros para asesinarle. Pero sobrevivido a aquél vil atentado quién pereció fue el comunismo mismo.
La primera ficha del dominó la había empujado aquél jóven sindicalista polaco llamado Lech Walesa que había ido a Roma a recibir la bendición papal.ç
En fin, una historia que todos conocemos bien.
Me gusta también recordar de él su empeño por el ecumenismo, la paz, el diálogo con el mundo hebreo, las excelentes relaciones de amistad que conservó a lo largo de su vida con aquellos escolares judios compañeros de escuela y de barrio.
Fue el primer Papa que rezó en la Gran Sinagoga de Roma con el gran Rabino, el primero que visitó el campo de exterminio de Autwitchz, el Museo del Holocausto en Israel y que oró en el Muro de las Lamentaciones de Jerusalén.
Recordamos su fuerza de voluntad en el soportar las múltiples operaciones que sufrió, así como la enfermedad siempre más invalidante del Partkinson. Nos acostumbramos a verle como un enfermo más del hospital Gemelli de Roma.
Fue tambien el primer papa que iba a esquiar, que se bañaba en la piscina del Vaticano, que solía tener siempre invitados a la hora de comer.
El primer papa que recorrió el mundo para bendecir y abrazar a una entera cristiandad, es más, diría que él quería abrazar a toda una humanidad.
Por eso había esa ingente masa de personas que fue a decirle adiós el día de su funeral.
Posiblemente haya que añadir el adjetivo Magno a su nombre.
Creo que en el devenir se le recordara como Juan Pablo II Magno.

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