sábado, 24 de julio de 2010

LO QUE HAY TRAS LA CULTURA DEL VELO



-NECESIDAD DE UNA LEY QUE LO REGULE TAMBIÉN EN ESPAÑA.
-LA HIPOCRESÍA DEL PSOE.
-EL VELO ES EL SÍMBOLO DE LA HUMILLACIÓN DE LA MUJER CON UN PRETEXTO RELIGIOSO.ES CONTRARIO A LAS LEYES DE IGUALDAD.
-NO SE PUEDE EQUIPARAR EL VELO CON LA CRUZ.
En éstos días en que estamos pidiendo firmas para que el Gobierno del Irán no lapide por adulterio a Sakineth Mohammadi, en que la Asamblea Nacional Francesa y el parlamento Belga han decidido de prohibir el velo integral de las mujeres, en España estamos sumidos en una discusión sobre el tema del velo que el gobierno Zapatero desoye no obstante en muchos ayuntamientos de España y en el mismo Senado se le haya pedido mayoritariamente de prohibir tal prenda humillante para la mujer.
Según las encuestas la opinión pública española en un 85% es partidaria de la prohibición.
¿Porqué Zapatero no escucha el clamor popular en contra de ésta usanza que indigna a las mujeres?
¿Se lo impide quizá la política de ALIANZA DE CIVILIZACIONES?
Pero seamos serios...¿Podemos llamar Civilización a aquella que condena a una mujer adultera a la lapidación?
¿Porqué debemos correr el riesgo de que en Europa habitada por un siempre mayor número de musulmanes, un mañana nuestras nietas tengan que llevar el velo? Debe de quedar muy claro que no es aceptable en nuestro país considerar una respetable “diferencia cultural” el velo, la lapidación o las mutilaciones sexuales. Todo ésto NO CABE DENTRO DE NUESTRA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA. NO CABE TAMPOCO EN EUROPA.
En éstos días hemos visto que en Siria, país árabe, se ha prohibido el uso del velo integral islámico en la Universidad. También la Constitución turca prohíbe su uso en todos los lugares públicos.
Soy una persona que he pasado la vida, por cuanto le ha sido posible, poniendo un granito de arena para afirmar políticas que dieran a la mujer dignidad de vida, igualdad de oportunidades en la profesión, igualdad jurídica para tener los mismos derechos que los hombres.
Para dar a la mujer la libertad de no aceptar imposiciones culturales inventadas por los hombres con pretextos presuntamente religiosos para ofenderlas y humillarlas. Digo presuntamente porque unos afirman y otros niegan que el velo islámico sea un precepto coránico.
De hecho, raro es el día en que en España o Europa no surja una polémica sobre velo si o velo no. En Bélgica y Francia por ese motivo han decidido ya prohibirlo por ley en modo que sea claro para todo el mundo y evitar infinitas discusiones.
Yo invito a cualquiera a pasearse por Arabia Saudita con una cruz en el cuello, o entrar en una mezquita con zapatos o a beberse una copa en un bar. Pues más bien no les dejarán. Hasta cabe la posibilidad de que les detuvieran.
No puedo ni pretendo impedir que en los países de cultura islámica las mujeres vayan ataviadas en ese modo, pero, dado que estoy en España y en Europa que pertenezco a esa mayoría sociológico-cultural-religiosa mayoritaria en tal lugar desde hace dos mil años encuadrada en la órbita cristiana, y dado que como mujer he luchado siempre contra la humillación y la discriminación de todas las mujeres, creo de tener todo el derecho de decir NO AL VELO ISLÁMICO.
Lo digo por mí y por todas aquellas mujeres a las que la Constitución Española les garantiza el derecho de ir CON LA CABEZA ALTA Y DESCUBIERTA.
Ruego a Zapatero que le pida a su amigo Endogán, presidente del Gobierno de Turquía, una copia de la Constitución turca la cual prohíbe explícitamente el velo a las mujeres. O lo mismo al gobierno sirio.
Añado a cuanto dicho, que me da risa, sí, risa, pensar que aquí en España el PSOE , autoproclamándose defensor de oficio del “pensamiento progresista auténtico”, de “la igualdad de la mujer” y que defiende en nombre de la “laicidad del Estado” la retirada de la Cruz de los edificios públicos por ser un símbolo religioso, es el mismo partido que afirma “que esas mujeres deben de llevar el velo porque es un SÍMBOLO RELIGIOSO y hay que respetar su religión”.
Pues bien, me parece que en el PSOE tienen las ideas poco claras.
No sería mucho pedir al presidente español que haga como Turquía, Siria, Francia o Bélgica, y que actúe como ya le ha pedido el Senado de España y muchos ayuntamientos, o sea, que el mismo Gobierno regule con una ley la prohibición del velo integral en los lugares públicos en base a la Ley de Igualdad de la Mujer y no a la anunciada Ley de Libertad Religiosa, que no tiene nada que ver¿De qué sirve si no el famoso Ministerio de la Igualdad?
Querría recordar también otra cosa al Gobierno tan antifeminista en éste tema de defender el velo y por otra parte tan laicista en querer eliminar la presencia de cruces en lugares públicos. Le invitaría a estudiarse un poco la Historia.
En ese modo quizá entienda que existe una diferencia entre la cultura del velo y la cultura de la cruz.
Donde él no ve la diferencia yo, modestamente, querría marcar esa diferencia, y recordar a aquellos que quieren eliminar la cruz de los lugares públicos que fue aquella persona que murió en la cruz, Jesucristo, quién, rebelándose a la pena de muerte por lapidación de las mujeres adúlteras, como era prescrito por la ley vigente en aquel tiempo y aquél lugar, impidió que esa muerte denigrante de la mujer se llevara a cabo, no obstante sus leyes lo mandaran. Cristo se puso del lado de la mujer y oponiéndose a esa ley... Cristo fue un abolicionista de la pena de muerte y un aliado de las mujeres.
Por lo tanto parece evidente que hay que considerar al Cristianismo una religión que no propugna la lapidación de mujeres, y de ésto hace ya dos mil años, mientras que la religión islámica, donde está vigente hoy día en el S.XXI la Sharía o sea, donde la religión es la misma ley del estado, si que propugna todavía hoy, en varios países la pena de muerte por lapidación en caso de adulterio de la mujer.No solo, en Irán se afirma que LA LAPIDACIÓN ES CONSTITUCIONAL.
Al mismo modo quiero recordar que el cristianismo no es solo una religión, es también una cultura, una civilización. La civilización del respeto de los derechos humanos.
Por lo tanto yo personalmente tengo muy claro.
Entre la cruz o el velo, elijo la Cruz.
Y diría lo mismo aunque fuera atea.

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