-OCCIDENTE
HA MUERTO Y PERDIDO SUS VALORES.
- UNA
TRAGEDIA ENORME ESTÁ SUCEDIENDO EN MEDIO ORIENTE Y EN EL
MEDITERRÁNEO SIN REACCIÓN ALGUNA.
La tragedia
que está ocurriendo bajo nuestros ojos en el otrora llamado MARE
NOSTRUM es tan tremenda que difícilmente se encuentran palabras para
describirla y curiosamente nunca tan gran indiferencia, gélida
indiferencia, se tocaba con mano en lo que también otrora se llamase
Occidente, entendiendo éste como una civilización, un modo de
vivir, unos valores que defender.
Y en el
mismo modo que el filósofo Nietzche dijera “Dios ha muerto”,
nosotros hoy podemos decir con la misma rotundidad “Occidente ha
muerto” en cuanto aquellos valores que pensábamos representar ya
no constituyen para nosotros occidentales algo importante que merezca
ser defendido.
El hecho de
que se estén masacrando personas inocentes en Siria, Libia e Iraq
porque el fanatismo religioso del autoproclamado Estado islámico así
lo ha decidido y que no se esté haciendo nada por defender esas
minorías religiosas de cristianos, jahedíes o chiitas que son
crucificados o enterrados vivos o en el caso de las mujeres vendidas
como esclavas sexuales de los terroristas.
También los
vestigios de antiguas culturas y civilizaciones están siendo
destrozados mientras nosotros no hacemos absolutamente nada.
¿Y qué
decir del Mediterráneo, único lugar de fuga para esas desgraciadas
personas que está sirviendo de tumbas a millares de personas que
escapan de la tragedia de la guerra y también del hambre y pagan su
billete en míseros barcos y pateras como si fueran cruceros de lujo
para con mucha frecuencia acabar en el fondo del mar?
Solo algunos
países como Italia, Grecia y en menor medida, España están
recogiendo los naúfragos vivos o muertos y dándoles refugio. El
resto de países europeos mas o menos se están lavando las manos.
Y cuando
ésta marea humana a pié o en patera llega a las doradas fronteras
de la Europa rica como el Reino Unido para pedir asilo político se
les llama PLAGA, como ha dicho el premier británico Cameron y se les
niega la entrada, se ve a éste mítico Occidente muerto del todo.
Un Occidente
del bienestar que no quiere que la “plaga de gente famélica” les
quite ni una migaja, un occidente incapaz de trazar una estrategia
política para un problema tan grande como pudo ser el de las
postguerra de las dos guerra mundiales.
Parece
mentira que pueda existir una miopía política tan grande.
De tragedia
habla la ONU en cuanto advierte que desde después de la Segunda
Guerra Mundial no ha habido la misma cantidad de prófugos, solo de
Siria han escapado cuatro millones de personas que se han vertido en
los países vecinos que explotan ya con ésta nueva población.
No se puede
por menos de recordar que cuando los nazis gasificaron a seis
millones de judíos todos sabían y todos callaron. Podrían haber
bombardeado las vías de los trenes de la muerte pero no lo hicieron.
Estoy segura
que habrá gente que me dirá, como no, “pues llévatelos a tu
casa”que parece también la respuesta oficial de los gobiernos
europeos.
Pero los
políticos deberían hacer políticas específicas para resolver los
problemas políticos y no solo para defender sus intereses.
Desde luego
deberían intervenir en la guerra proclamada por el estado islámico
hasta neutralizarlo, cosa que no hacen porque no quieren que les
devuelvan los soldados decapitados en una bolsa negra y así se
consiente que el estado islámico se haga mas grande y tome posesión
de más territorio. Por otra parte debería ponerse en marcha un plan
serio de ayuda a la reconstrucción y al desarrollo de las zonas
devastadas por la guerra y también en aquellas devastadas por el
hambre estableciendo un modo de intercambio comercial que consienta a
las poblaciones labrarse un porvenir sin emigrar.
Acabada la
Segunda Guerra Mundial los aliados americanos actuaron el Plan
Marshall para ayudar a los países europeos destruidos. La misma
Europa construyó un plan para la paz futura del continente.
Ahora es
necesario un plan para la paz y la reconstrucción económica en
torno al Mediterráneo.
Es una
emergencia mundial. Ignorarla sería como ignorar el campo de
MAUTHAUSEN.
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