-COMO
CIUDADANA EUROPEA,GRACIAS PAPA FRANCISCO POR HABER DELINEADO UNA
EUROPA QUE ES LA QUE DESEAMOS.
-LA EUROPA
DE LAS PERSONAS Y NO LA DE LOS MERCANTES.
Su presencia
había sido contestada por algunos, muy pocos, laicistas beligerantes
existentes entre los diputados europeos aunque, sin embargo, ha sido
aplaudido con fuerza por la grandísima mayoría de los
parlamentarios. Eran siete los que se salieron del hemiciclo entre
los setecientos cincuenta y uno que lo escucharon.
Su voz ha
intentado despertar la conciencia de la vieja Europa y espero que con
éxito
porque hace
falta que éste continente que aparece ensimismado con el dinero y el
comercio es más una Europa de los mercantes que una Europa de los
ciudadanos.
Por eso la
exhortación del papa Francisco quiere tocar ese elemento, yo diría
fundacional, del respeto de los derechos humanos, del sentido social
por encima del individualismo exacerbado, de la solidaridad entre las
personas y los estados.
Nos llama a
respetar la dignidad humana sin caer en la “cultura del descarte”
que elimina a los débiles, sean niños no nacidos, que niños ya
nacidos pero postergados en la esclavitud sexual o obligados a
empuñar las armas o hacer un trabajo esclavo , o también de
ancianos y enfermos considerados inútiles, de esos pobres y
marginados de las periferias de las grandes ciudades o de los
continentes olvidados como África por ejemplo.
Respetar esa
dignidad humana incompatible con una filosofía que pone al centro el
dinero y no las personas ni sus necesidades. Ha sido éste un
concepto central en su discurso. Ha señalado la importancia esencial
del trabajo para los seres humanos, la necesidad por parte de los
estados de promover políticas activas para conseguir trabajo, de
promover políticas sociales.
Ha
denunciado el escándalo de las matanzas en las guerras y las
masacres casi por todos olvidadas de los cristianos en países donde
son minoría y donde se les crucifica, queman vivos, se les tortura,
se les obliga al exilio.
Nos ha
recordado ese otro escándalo terrible del Mediterráneo convertido
en inmensa tumba para tantas personas y enteras familias que huyen de
la guerra y del hambre de sus países originarios embarcándose en
pateras inseguras que muchas veces llevan a la muerte y que Europa
debería ayudar sea con políticas de ayuda al desarrollo de esos
países pobres en los lugares de origen o con una política de
acogida digna en los diversos países europeos.
Ha defendido
el papa la Creación, el deber de los seres humanos de conservarla y
no destruirla, de hacer que la Tierra pueda proporcionar alimento a
los hombres y que no sea explotada en modo injusto reduciendo al
hambre a las personas que allí viven mientras en los países
occidentales los alimentos terminan en los vertederos, uno de los
escándalos más grandes de la historia de la humanidad.
No ha
olvidado el papa Francisco de recordar las raíces cristianas de
Europa que han hecho del continente una realidad política de respeto
de los derechos humanos y de la dignidad y libertad de los hombres.
Una Europa que debe respetar las libertades políticas y religiosas
de las personas así como sus necesidades sociales porque los hombres
hacen parte de una realidad social.
Una Europa
que como en el fresco conservado en el Vaticano de Rafael que
representa la Escuela de Atenas, vemos a Platón y Aristóteles, el
primero apunta con el dedo hacia lo alto señalando el mundo de las
ideas y el segundo hacia delante, a la tierra, a la realidad
concreta, según Francisco representa bien a Europa en su historia,
hecha de un permanente encuentro entre el Cielo y la Tierra.
Me gusta
ésta bonita imagen que Francisco ha señalado de Europa y también
las palabras finales de su discurso: ” Ha llegado el momento de
abandonar la idea de una Europa atemorizada y replegada sobre sí
misma...Ha llegado la hora de construir una Europa que no gire en
torno a la economía, sino a la sacralidad de la persona humana, de
los valores inalienables... para suscitar una Europa protagonista,
transmisora de ciencia, arte, música, valores humanos y también la
fe. La Europa que contempla el cielo y persigue ideales; la Europa
que mira y defiende y tutela al hombre; la Europa que camina sobre la
tierra segura y firme, precioso punto de referencia para toda la
humanidad”.
Pues así
es, esa es la Europa que yo deseo como ciudadana europea. Gracias,
papa Francisco por habernoslo dicho en nuestro Parlamento Europeo.