lunes, 11 de febrero de 2013

LA GRAN RENUNCIA DE BENEDICTO XVI EL PAPA DE LA FE Y LA RAZÓN

 
-UNA DECISIÓN INESPERADA Y DICTADA POR LA HUMILDAD Y LA RAZÓN DE UN HOMBRE DE FE
-LA RENUNCIA DEL PAPA PONE FIN A UNA TRADICIÓN PLURISECULAR ININTERRUMPIDA DESDE EL S.XIII POR LA CUAL EL PAPA DEBÍA MORIR EN SU PUESTO
-QUIZÁ SEA UN PASO IMPORTANTE DE RENOVACIÓN PARA EL FUTURO
No se puede comparar ciertamente a Benedicto XVI con el otro papa conocido como el de la “Gran Renuncia”, Celestino V, cuyos restos se conservan en la ciudad italiana del Acquila y que fue papa solamente cinco meses en el año del señor 1294.
Celestino V era un ermitaño que eligieron papa tras dos años de cónclave sin ningún acuerdo entre los cardenales, y que después de cinco meses de papado renunció a él porque no se sentía capaz de regir algo tan grande como la iglesia católica y se retiró a su vida de eremita nuevamente. Era una persona muy simple y humilde.
Del papa Benedicto XVI no se puede decir que sea persona poco preparada para el cargo, siendo por el contrario un personaje de fina inteligencia, profesor, filósofo y teólogo de gran valía no solo para el mundo católico sino en general en el mundo académico y de la cultura .
No olvidemos el importante debate “ENTRE RAZÓN Y RELIGIÓN” que protagonizaron el entonces cardenal Joseph Ratzinger y el filósofo liberal Jürgen Habermas, organizado por la Universidad Católica de Baviera (2.004) o las muy importantes conferencias entre el cardenal Joseph Ratzinger y el prof. Marcello Pera, Presidente del Senado italiano, que tuvieron lugar en el mismo Senado con el tema “SIN RAÍCES: EUROPA, RELATIVISMO, CRISTIANISMO, ISLAM” también en el 2.004.
Benedicto XVI es también autor de muchísimos libros y además el autor más vendido del mundo. Nada que ver por tanto con el eremita Celestino V.
Aunque el hecho nos haya sorprendido por repentino e inesperado, es también verdad que en el libro de 2010 “LUZ DEL MUNDO”, entrevistado por el periodista alemán Peter Seewald, respondiendo a la pregunta de si un papa podía dimitir Benedicto XVI argumentaba que en el caso que tuviera disminuidas sus fuerzas por enfermedad o vejez era no solo deber, pero también, derecho del papa el de renunciar.
En todo caso,- y ésta es una observación personal,- creo que el papa ha terminado con una tradición multisecular en modo más bien radical y que,- es también una intuición personal-, esto abre en la Iglesia una nueva etapa en la que posiblemente muchas cosas cambiarán.
La Iglesia, para gobernar la barca de Pedro en el mar enarbolado y tempestuoso de la modernidad, tendrá difícil la navegación, y quizá deba estudiar nuevas modalidades para dialogar con aquellos que se han ido alejando o que nunca se han acercado, en lo que Benedicto XVI con mucha inteligencia ha llamado el Patio de los Gentiles. Al mismo modo el nuevo pastor deberá esforzarse en tener unido un rebaño archipielágico como la iglesia actual.
Creo de justicia que haya que agradecer al papa Benedicto XVI lo mucho que ha hecho para acabar con hechos muy tristes para la Iglesia como fue la pederastia en el siglo pasado y que habían causado desolación entre muchas creyentes, así como por haber publicado tan importantes encíclicas y sus muchos libros que han explicado temas difíciles con lenguaje accesible a todos, por haber impulsado el diálogo ecuménico, por tantas cosas por las cuales pasará a la Historia. También le damos las gracias por haber viajado por todo el mundo con el Evangelio en la mano no obstante su precaria salud.
Ahora le deseamos que pueda con tranquilidad y paz cuidar su salud, rezar por todos y escribir sus libros que seguiremos leyendo
!Gracias, Santidad!


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