-LOS LOBOS
DEL PAPA BENEDICTO XVI. EL SATANÁS DEL PAPA PABLO VI.
-LOS LOBOS
QUE ENSEÑAN LOS DIENTES AL PAPA FRANCISCO.
No es que quién escribe ésta reflexión quiera aludir a el santo Francisco de Asís y al Hermano Lobo de Gubbio. Más bien estoy pensando al recién acabado sínodo sobre la familia clausurado en el Vaticano.
Y, acerca de
lobos, también estoy recordando la primera homilía del papa
Benedicto XVI en su Misa de apertura de su pontificado. Dijo entonces
unas palabras que tanto me sorprendieron que incluso las apunté en
una agenda. Y nunca más que hoy vienen a cuento.
Dijo el papa
Benedicto XVI en aquella ocasión “rogad por mi para que, por
miedo, no huya ante los lobos” exactamente el día 24 del 4 de
2005.
¿Lobos?
Pues si. Lobos ante los cuales Benedicto se sintió débil y sin
fuerzas para combatirlos. Hizo algo insólito en la historia de la
iglesia. Presentó su renuncia esperando que alguien con más fuerza
pudiera afrontarlos y combatirlos.
Pero no solo
el papa Benedicto.
Anteriormente
el papa Pablo VI sorprendió a la prensa italiana e internacional
cuando afirmó “que el humo de Satanás había entrado en el templo
de Dios”.
Dijo así:
“Creíamos
que después del Concilio vendría un día de sol para la historia de
la Iglesia. Por el contrario ha venido un día de nubes, de
tempestad, de oscuridad, de búsqueda, de incertidumbre y se siente
fatiga en dar la alegría de la Fe. Predicamos el ecumenismo y nos
alejamos cada vez más de los otros”.
Hablaba del
Vaticano II en fecha 29-6-71.
El papa
Francisco en el reciente Sínodo de la Familia, aunque no ha hablado
de demonios ni lobos si que se ha quejado de la dureza de algunas
personas que interviniendo en el Sínodo defendían posiciones muy
cerradas, éstas últimas palabras las he añadido yo. Ha trascendido
en la prensa especializada que ha sido muy duro el sínodo, con
posiciones de gran enfrentamiento entre los “conservadores de
esencias” y los “propulsores de innovación”.
Se ha
hablado en los medios de la amenaza de un nuevo cisma estilo Lefebvre
y, a cuanto parece, se ha llegado a un acuerdo que deja todo como
está.
Parece que
sus eminencias no se dan cuenta que mientras ellos amenazan cismas,
hay muchos católicos del “cisma silencioso”, o sea, que se
sienten poco escuchados, incomprendidos y que ven una barca de Pedro
inmobilizada que no lleva a ninguna parte.
En la
homilía de la misa con la cual se cerraba el sínodo sobre la
familia el papa Francisco ha expuesto su preocupación acerca el
riesgo de la “tentación del espejismo” que nos explica el
episodio de el ciego Bartimeo que llama y grita pero los discípulos
no se paran. Solo se para Jesús.
Nos habla
Francisco de ésta tentación del espejismo por la cual podemos
caminar a través de los desiertos de la Humanidad sin ver realmente
lo que hay sino lo que a nosotros nos gustaría ver. “Somos capaces
de construir visiones del mundo pero no aceptamos lo que el Señor
nos pone delante”.
Habla
también el papa Francisco de la mentalidad de la “hoja de ruta”
por la cual se tiene la idea de seguir con ella pase lo que pase. Y
aquí, según mi opinión, el papa nos quiere decir que la Iglesia
puede caer en esto, en ignorar a aquellos que esperan, que claman,
que gritan, puede seguir el camino ya prefijado y considerado más
seguro sin escuchar a los muchos Bartimeos que sufren su dolor y su
ceguera.
Personalmente
pienso que el papa Francisco ha visto los dientes del lobo. ¿Se ha
echado para atrás? ¿Espera a tiempos mejores?
¿Está
reflexionando sobre que se puede hacer con los muchos Bartimeos que
quizá no encuentran escucha en la Iglesia tradicional que ha echado
los frenos?
Se dice que
el papa Francisco está preparando una Exhortación acerca las
conclusiones del sínodo de la Familia.
Es pronto
para juzgar si el papa Francisco ha solo visto los lobos o está
herido por ellos.
Quedamos a
la espera.
Alicia Redel: las hormiguitas debemos rezar por él, como lo pide siempre.
ResponderEliminarEn forma permanente somos contemporáneos de los últimos tiempos.
Jesús vuelve cada vez que el pecado necesita redención. Estas condiciones abominables en donde son ahora visibles, lucen allí dramáticamente inapropiadas, pero paradojal y providencialmente llaman al Señor.
Los lobos son lobos, y los elegidos son los elegidos. Qué novedad hay?
El tiempo que existe es el de la conversión. El Reino de Dios siempre estuvo dentro de nosotros.
Escribe sobre ésto, que lo haces muy bien.
Gracias, amigo, por tu comentario.
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