-EN EL SIGLO XXI EUROPA SERÁ
UNA REALIDAD MULTICULTURAL Y MULTIÉTNICA COMO LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMÉRICA POR LO TANTO ES NECESARIO PREVENIR ÉSTA NUEVA REALIDAD CON
POLÍTICAS EUROPEAS DE COOPERACIÓN CON LOS PAISES SUBSAHARIANOS PARA
QUE LOS PROCESOS SEAN ORDENADOS Y NO UN PROBLEMA POLICIAL.
La humanidad doliente de
africanos que malviven en el Monte Gurugú constituye, así como la
isla italiana de Lampedusa, una de las periferias de la humanidad o
como bien dijo el papa Francisco la máxima expresión de la
“globalización de la indiferencia”.
En realidad ésta
humanidad doliente que empuja en la frontera sur de Europa es la
imagen misma del fracaso de Europa y su incapacidad de construir una
política de cooperación con el enorme continente africano.
Esa carencia europea, esa
ausencia, ese vacío, lo está colmando la China que está
organizando una presencia masiva de empresas chinas en aquél
continente.
Si Europa desea tener un
protagonismo en África, un continente que está en nuestro patio
trasero, no puede seguir con su NO POLÍTICA, ni podrá lamentarse de
que masas siempre más ingentes de personas quieran llegar a Europa.
Si por una parte es un
problema humanitario, es sobre todo un problema político que la
Unión Europea, en su ceguera política parece no querer ver.
Ni por otra parte servirá
a nada cerrar herméticamente las fronteras europeas porque la Europa
que ahora conocemos dentro de un siglo no será como es.
Recordemos que a los
Estados Unidos llegaban africanos en cadenas y vivieron la época
vergonzosa de la esclavitud, pero con el correr del tiempo ese país
ha llegado a tener un presidente de origen africano.
La Europa del S.XXI se
parecerá mucho a los Estados Unidos de hoy, posiblemente será un
estado federal con un presidente que quizá provenga del continente
asiático, africano o americano, porque la globalización que hoy día
es la globalización con al centro el dinero, un mañana posiblemente
sea la globalización con al centro el ser humano.
No es “buenismo”
invitar a los políticos a cambiar actitud con esa emigración de
color que empuja en nuestras puertas, es, sin embargo puro realismo
el de invitar a reorganizar el futuro europeo desde éste momento con
una diversa relación con los países subsaharianos en modo que el
proceso de globalización y de integración entre diversas realidades
humanas sea algo positivo.
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