jueves, 6 de marzo de 2014

MONTE GURUGÚ PERIFERIA DE LA PERIFERIA EUROPEA

 
-EN EL SIGLO XXI EUROPA SERÁ UNA REALIDAD MULTICULTURAL Y MULTIÉTNICA COMO LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA POR LO TANTO ES NECESARIO PREVENIR ÉSTA NUEVA REALIDAD CON POLÍTICAS EUROPEAS DE COOPERACIÓN CON LOS PAISES SUBSAHARIANOS PARA QUE LOS PROCESOS SEAN ORDENADOS Y NO UN PROBLEMA POLICIAL.
La humanidad doliente de africanos que malviven en el Monte Gurugú constituye, así como la isla italiana de Lampedusa, una de las periferias de la humanidad o como bien dijo el papa Francisco la máxima expresión de la “globalización de la indiferencia”.
En realidad ésta humanidad doliente que empuja en la frontera sur de Europa es la imagen misma del fracaso de Europa y su incapacidad de construir una política de cooperación con el enorme continente africano.
Esa carencia europea, esa ausencia, ese vacío, lo está colmando la China que está organizando una presencia masiva de empresas chinas en aquél continente.
Si Europa desea tener un protagonismo en África, un continente que está en nuestro patio trasero, no puede seguir con su NO POLÍTICA, ni podrá lamentarse de que masas siempre más ingentes de personas quieran llegar a Europa.
Si por una parte es un problema humanitario, es sobre todo un problema político que la Unión Europea, en su ceguera política parece no querer ver.
Ni por otra parte servirá a nada cerrar herméticamente las fronteras europeas porque la Europa que ahora conocemos dentro de un siglo no será como es.
Recordemos que a los Estados Unidos llegaban africanos en cadenas y vivieron la época vergonzosa de la esclavitud, pero con el correr del tiempo ese país ha llegado a tener un presidente de origen africano.
La Europa del S.XXI se parecerá mucho a los Estados Unidos de hoy, posiblemente será un estado federal con un presidente que quizá provenga del continente asiático, africano o americano, porque la globalización que hoy día es la globalización con al centro el dinero, un mañana posiblemente sea la globalización con al centro el ser humano.
No es “buenismo” invitar a los políticos a cambiar actitud con esa emigración de color que empuja en nuestras puertas, es, sin embargo puro realismo el de invitar a reorganizar el futuro europeo desde éste momento con una diversa relación con los países subsaharianos en modo que el proceso de globalización y de integración entre diversas realidades humanas sea algo positivo.



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