- DIOS LE DIJO A CAÍN DESPUÉS DE QUE HUBIERA MATADO A SU HERMANO ABEL.”CAÍN, DÓNDE ESTÁ ABEL TU HERMANO? -Y CAÍN RESPONDIÓ: NO LO SÉ.¿SOY ACASO YO EL GUARDIÁN DE MI HERMANO?”. GÉNESIS-4.
- EL MATADERO DE DURANGO COMO LA TIERRA DE CAÍN.
Hay que decir que la
reunión de los ex-presos etarras en el Matadero de Durango ha
sorprendido a la gente que no está en guerra un efecto espeluznante.
Sorprendía la expresión
dura y la mirada de odio que albergaba en todos aquellos rostros que
en teoría querían “resolver el conflicto” con España y
Francia.
Tampoco admitían
preguntas de unos periodistas que seguramente sentían escalofríos
ante aquellos tantos ojos que apuñalaban con la mirada.
Leído el comunicado en
el que no se manifestaba algún arrepentimiento por las tantas
víctimas muertas no en guerra sino por tiro en la nuca o bomba bajo
el coche y tras invocar una “paz”de los cementerios, estaban
levantando la sesión, cuando un periodista lleno de admirable
valentía les preguntaba si tenían algo que decir acerca los 309
muertos, también niños, que había sobre la mesa y si no estaba en
su intención pedir perdón por tanto dolor causado.
Recordaba la pregunta
del periodista Cake Minuesa al libro 4 del GÉNESIS cuando Dios le
pregunta a Caín después de que hubiera matado a Abel:”¿Dónde
está Abel tu hermano?”, y Caín responde. “No sé. ¿Soy yo
acaso el guardián de mi hermano?”.
Esa parece la actitud de
los participantes a la reunión del Matadero de Durango -nunca pudo
estar mejor elegido el lugar, en los mataderos los matarifes no piden
perdón a los que matan-en realidad ¿Qué podían importar los 309
muertos cuyos fantasmas seguramente se encontraban en el Matadero
delante de los convocantes de la reunión?
Posiblemente el
periodista sentía el apoyo de los 309 fantasmas que decían “Eso,
eso, eso, ¿Y nosotros qué?”.
Al periodista los
ex-etarras, o etarras, porque etarra no creo que se deje de ser ni
que ellos quieran dejar de serlo, le dijeron que se fuera a hacer
preguntas a un circo, o sea igual que Caín “No sé, ¿soy acaso yo
el guardián de mi hermano?”.
Una pregunta y una
respuesta que quedaron en el aire en el Matadero de Durango,
convertido aquella tarde en la Tierra de Caín.
¿Responderán algún
día?
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