-BUENA COSA
SERÍA QUE LA CORONA, AL IGUAL QUE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA
ITALIANA, INVITARA A LOS LÍDERES POLÍTICOS A ASUMIR LA
RESPONSABILIDAD DE UN PLAN NACIONAL DE EMPLEO.
-UN ACUERDO
QUE PIDEN LOS CIUDADANOS E IMPIDEN LOS POLÍTICOS.
En medio a
éste vacío oscuro y aterrador en que se haya sumida España no
anima nada a la gente el indecoroso espectáculo que están dando los
dos partidos nacionales en su inútil discusión acerca los millones
de parados que cada día se echan a la cara el uno al otro como si no
se tratara de personas humanas sufridoras.
La discusión
parece desenvolverse en una pescadería donde dos pescaderos agarran
por la cola la mercancía y se la estampan en la cara al adversario.
Mientras
todos insultan a todos en el Parlamento, en las calles y plazas y en
las tertulias de radio y televisión, mientras los dirigentes de los
partidos asumen discursos delirantes que no conducen a ninguna parte,
uno comienza a sentir envidia del rol asumido por el Presidente de la
República italiano Giorgio Napolitano que cuando el país se
encontraba en fase de hundimiento ha tenido la capacidad de retomar
la situación y evitar el naufragio poniendo de acuerdo a los dos
mayores partidos para un gobierno programático.
En éstos
día ha reaparecido después de su convalecencia el Rey de España y
parece ser que va a retomar su rol rigurosamente neutral y de
moderador para propiciar “pactos, acuerdos y consensos”.
Sería de
verdad importante que en momentos tan graves los políticos dejaran
de tirarse los trastos a la cabeza y en el espíritu de la Transición
se llegara a concordar una serie de medidas urgentes para evitar que
la nave España se hunda.
Por ejemplo
activar un Plan Nacional para el Empleo para evitar que siga
desangrándose el país, quizá nombrando una comisión con los más
importantes economistas del país y las fuerzas empresariales y
sindicales para que propusieran éste plan nacional.
Por ejemplo,
de las fuerzas políticas para consensuar la reforma de las CCAA,
universalmente reconocidas como enfermas de elefantiasis,
desmesuradas, fuente de corruptelas y clientelas.
Para
recortar radicalmente el financiamiento de partidos, sindicatos,
entes de dudosa utilidad y limitar el gasto a lo esencial del Estado
del Bienestar.
Para rebajar
con racionalidad los impuestos que están machacando a la clase
media.
Para todas
esas urgencias la Corona debería llamar a Rajoy y Rubalcaba, y como
ha hecho el Presidente Giorgio Napolitano en Italia, invitarles a
llegar a esos acuerdos que piden los ciudadanos e impiden los
partidos.
Hemos
comenzado la cuenta atrás para la autodestrucción.
Alguien debe
parar ésto. El Rey podría asumir la iniciativa como garante y
árbitro del Estado Español.
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