ALICIA EN LA CÁPSULA ESPACIAL
Cuando en 2008 comencé “Diario de Alicia. Convergencias. Divergencias. Convergencias Paralelas”, puedo decir que para mi fue como el inicio de un largo viaje que sentí, como de repente,el deseo impelente de hacer.
Y éste deseo no tenía ninguna explicación lógica porqué yo nunca he llevado un Diario y me he dedicado más bien a otras cosas como la política activa y a escribir sobre todo comentarios culturales,políticos y de actualidad. Nunca por lo tanto nada personal.
Así pues,una especie de impulso raro. Una necesidad de cambiar la angulación de la mirada. Mirar no solo hacia fuera,sino descubrir ese universo desconocido que cada uno de nosotros guarda en su interior y al que no se le da importancia.
Por lo tanto,éste viaje que sentí como el impulso de hacer, no se si tenía mucho sentido entonces ni se si lo tiene ahora,porque es un viaje,así empezó y así sigue,como fuera del tiempo. Un viaje en doble sentido paralelo.
Por una parte un viaje dirigido a ese universo interior desconocido que atraviesa la mente,el espíritu,la psique,la conciencia,el subconsciente,¿cómo queremos llamar a todo ésto? Yo le llamo el “Dentro de mi”.
Por otra parte,una mirada dirigida al mundo exterior circunstante,a la “circunstancia”,como diría Ortega. Al acontecer,a lo que está ocurriendo en el mundo,a lo que ha ocurrido, a lo que puedo imaginar,que no saber,que tiene posibilidad de ocurrir. A todo lo referente a las capas de cebolla que envuelven esa cebolla que soy yo.
Un viaje “Fuera entorno a mi”.
Eso si,éste viaje entorno a mi,debería ser diferente. Ésto es, debería suprimir esas gafas a través de las cuales siempre había mirado en el transcurrir de los años. Me refiero a esas gafas que nos proporcionan nuestra educación,ideología,nacionalidad,etc.
Debía iniciar mi viaje con ojos de niña. Y asombrarme de lo que en realidad asombra y no de lo que me han dicho que me debe asombrar. Y ver lo que veo y no lo que me dicen que debo ver. Y decidir lo que creo que debo decidir y no lo que me dicen que debo decidir.
Sin Gafas. Incluso tirándose a la piscina con riesgo de que esté vacía.
Quería hacer un viaje libre de cualquier atadura.
¿Qué podía encontrar? Pues eso,convergencias,divergencias y sorprendentes y difusas convergencias paralelas.
Caminantes visibles e invisibles que a lo largo de mi vida caminaban y caminan cerca pero sin llegar a tocarnos,como por ejemplo,la muerte. Pero no solo. También otras cosas.
Decía el año pasado,cuando inicié el Diario que ignoraba si sería un viaje en solitario,o un viaje en compañía.
He descubierto que mi viaje,se parece siempre más a un viaje dentro de una CÁPSULA ESPACIAL o al así llamado soliloquio de Marco Aurelio.
Volviendo a pensamientos que no son míos pero que me gustan, quisiera recordar un concepto de San Juan de la Cruz allí donde dice “La soledad sonora de la vida”.
Ya que aquí, en mi cápsula,es justo eso lo que me parece sentir,”la soledad sonora de la vida”. Cuando me siento delante de la pantalla, consciente de mi soledad,al otro lado se que bulle “el ruido de la vida”,tan cercano y a la vez tan lejano,donde parece de oír hasta la respiración de la infinidad de compañeros viajantes a los que no ves pero sabes que están en alguna parte y que cada cual viaja en su cápsula.
Y con ellos,alguna vez, vas convergiendo,divergiendo o caminando en paralelo.
Es una soledad acompañada.
Es una soledad sonora.
Éste es un cuaderno de apuntes sobre la vida que nos transcurre delante y donde reflexionar sobre aquellas cosas y temas diversos de la actualidad o de la política que cada día pasan ante nuestros ojos. Cosas que podemos criticar pero en las que poco se puede incidir dada nuestra condición de hormigas. Desde el punto de vista de las hormigas que somos nuestras opiniones no sirven a cambiar las cosas pero un hormiguero muy grande puede mover una montaña. O eso se espera al menos.
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