-PASTOR CON
OLOR A OVEJA QUE NUNCA PODRÁ SER CONFUNDIDO CON EL “OLOR A
DEPREDADOR.”
Lo veo en
las fotos y me parece de verdad y usando una expresión de él mismo
hablando de como deben de ser sus sacerdotes, “pastores con olor a
oveja”, pues un auténtico pastor que no abandona sus ovejas a los
lobos y que se siente tan próximo a ellas, que se ha impregnado de
su olor a rebaño.
Cuando se
cumplen más o menos los cien días del pontificado del papa
Francisco abundan los artículos, los libros, los comentarios acerca
de sus gestos, las cosas que dice, como las dice.
Según todas
las estadísticas publicadas su figura inspira enorme simpatía no
solo en el mundo católico sino también entre los laicos y las otras
confesiones cristianas e incluso hebrea.
Desde el
inicio sorprendió su sencillez, humildad y afabilidad. Se
autodenomina el Obispo de Roma, quizá para hacerse más cercano a
las otras confesiones cristianas que ya en tiempos lejanos se
separaron de Roma y con las que tiene un diálogo fluido buscando en
el Evangelio aquello que las une más que lo que las ha separado.
Viste de
blanco y solo de blanco sin otros adornos papales tradicionales y usa
su pectoral y anillo de plata y no de oro.
Conmueve
verlo caminar con esos zapatones viejos y negros que no ha querido
cambiar.
Vive no en
el habitual apartamento papal del Vaticano-donde si trabaja y recibe
a las visitas oficiales- sino en la residencia de Santa Marta donde
se hospedan los obispos y clérigos que van al Vaticano donde
comparte mesa y mantel con los otros huéspedes porque según él
mismo detesta vivir solo y le gusta conocer las opiniones de sus
curas y obispos. De momento no se le conoce secretario.
Dice su misa
diaria en la capilla de esa misma residencia de Santa Marta donde
asiste generalmente personal que trabaja en el Vaticano y los
guardias suizos con los que toma café de cafetera normal al
finalizar la misa.
También
cuando era cardenal de Buenos Aires vivía en un apartamento de dos
habitaciones y no en el palacio obispal. No usaba coches de alta gama
sino la metropolitana. Posiblemente también Jesús habría preferido
la metropolitana al Mercedes.
El nombre
elegido, Francisco, encierra, creo su forma de pensar y de ser.
Por el
momento no existen encíclicas suyas ni ha habido cambios
significativos en la curia vaticana. Es de imaginar que son
decisiones importantes que necesitan una maduración.
Si existen
toda una serie de libros-entrevistas donde uno puede acercarse a su
forma de pensar
En tiempos
tan difíciles para el mundo como son los actuales quizá el papa
Francisco esté llevando la Iglesia Católica a la esencialidad
evangélica usando para ello un lenguaje asequible al mismo modo que
Jesús hablaba al pueblo sencillo con parábolas.
También
parece que quiera acelerar el ecumenismo y hacerse más cercano en el
diálogo con las otras confesiones cristianas.
Ciertamente
mucha gente le mira con simpatía y creyentes tibios se han acercado
a la Iglesia atraídos por su sencillez, esencialidad y por su modo
de expresar cosas muy importantes en modo cercano.
Quedamos en
“la espera con esperanza”, en el convencimiento de que llevará
en modo acertado a su rebaño y que su “olor a oveja” no se podrá
nunca confundir con el “olor a depredador”.