“EN NOMBRE DE LA PATRIA
ETERNA PAZ PIEDAD Y PERDÓN”. ESTAS PALABRAS DEL DISCURSO DE MANUEL
AZAÑA EN BARCELONA EL 18 DE JULIO DE 1938 DEBIERAN CERRAR EL
DISCURSO DE CONCORDIA PAZ Y CONCILIACIÓN QUE DESEAMOS LOS ESPAÑOLES
DE BIEN SOBRE LA GUERRA CIVIL Y QUE SON EL ESPÍRITU DE LA
CONSTITUCIÓN DE 1978. NO ABRIR HERIDAS SINO CERRARLAS PARA SIEMPRE.
Estamos viviendo tiempos
convulsos y extraños en la política española desde que Pedro
Sánchez ha tomado las riendas del Gobierno sin que tenga una mayoría
que lo sostenga y con el apoyo además de algunos partidos seriamente
empeñados en la destrucción del Estado tal y como lo conocemos
desde hace cinco siglos.
Ciertamente la Historia de
España es complicada, agitada, con a lo largo de la Historia un
sucederse de guerras civiles como nos recuerda con frecuencia el
historiador y académico Arturo Pérez Reverte.
Una de las mas terribles,
crueles y cercanas en el tiempo es nuestra carnicería de la Guerra
Civil Española que de 1936 a 1939 hizo que se enfrentaran españoles
a españoles en una contienda tremenda que en realidad estallaba
consecuentemente a los desordenes, desmanes y persecuciones
religiosas de la Segunda República Española, que llevaba al
alzamiento militar de julio de 1936 por parte de un grupo de
generales que mas tarde Francisco Franco capitaneaba a lo largo de
los tres años de guerra civil y que le convertía en Jefe de Estado
por un larguísimo periodo de tiempo con un sistema de gobierno de
dictadura perduran-te hasta su muerte acaecida en 1975.
Una historia conocida por
todos y que es inútil en este momento hablar por consabida.
Tras la muerte de Franco y
la restauración de la monarquía iniciaba un periodo histórico
importantísimo para España: la TRANSICIÓN que fue un acto de
enorme generosidad por parte de aquellos que desde bandos enfrentados
habían vivido los oscuros años de la Guerra y que expresaron la
voluntad de, con el llamado pacto del abrazo, dar vida a la
CONSTITUCIÓN DEL 78.
Esa Constitución nos ha
permitido de vivir los mejores tiempos de paz y prosperidad de
nuestra Historia. Han gobernado en este periodo diversos partidos
adictos a la Constitución de vario color político, habiéndose
cuidado bien estos gobiernos de romper el consenso entre las dos
Españas precedentes a la Guerra Civil.
El actual presidente de
gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en periodo electoral, temeroso
de no alcanzar el consenso necesario, y sin pactar con nadie ha
decidido sacar el cuerpo de Franco del Valle de los Caídos.
Quién escribe estas lineas,
ya hace años, hablaba de la oportunidad de llevar el cadáver de
Franco a una tumba familiar porque FRANCO NO HABÍA MUERTO EN LA
GUERRA y por lo tanto no era el lugar apropiado para su tumba ni
CONSTA QUE LO HUBIERA PEDIDO ÉL MISMO.
Esto habría requerido
prudencia y generosidad sea por parte de los varios gobiernos, sea
por la misma familia y hubiera evitado el CIRCO que ha montado el
gobierno Sánchez.
No hemos vivido un digno
acto el día de la inhumación, sino más bien un acto simplemente
electoral por parte del gobierno Sánchez criticado por todos los
partidos de la oposición.
Ahora parece ser que se abra
un debate tardío e impropio acerca el futuro de la basílica del
Valle de los Caídos. Creo sería un inmenso error abrir las heridas
que se cerraron en la Transición y que el Valle debiera quedar como
Memorial de la Guerra Civil Española, como punto de reconciliación
entre los descendientes de quienes vivieron aquél magno desastre.
Quizá podría crearse un
Memorial Museo Histórico sobre la Guerra Civil.
Para ello sería quizá
necesaria la creación de una Comisión de Expertos historiadores
capaces de explicar los antecedentes de la guerra, la guerra misma y
la posguerra.
Bajo la Piedad del escultor
Juan de Ávalos escribiría las palabras PAZ PIEDAD PERDÓN, como se
conoce el famoso discurso de Manuel Azaña, último presidente de la
República Española, pronunciado en el Ayuntamiento de Barcelona el
18 de Julio de 1938.
El discurso tras un profundo
análisis concluía:¨ EN NOMBRE DE LA PATRIA ETERNA: PAZ PIEDAD
PERDÓN”.
Quizá pocas palabras puedan
resumir el gran dolor que sufrieron tantos por tan nefasto periodo de
nuestra Historia como este discurso que debiera ser mas conocido.
No es hora de abrir heridas
sino de cerrarlas para siempre y que esa enorme cruz sea MEMORIA DE
AQUELLO QUE JAMÁS DEBIERA REPETIRSE.